Cuerpos de seguridad deben lidiar con “mutaciones del bachaqueo”

Las aglomeraciones de gente en las afueras de los supermercados se han convertido en una bomba de tiempo.
Las aglomeraciones de gente en las afueras de los supermercados se han convertido en una bomba de tiempo.

 

Las cédulas falsas se pusieron de moda desde el mismo momento que el Gobierno nacional estableció el sistema de venta a través de los terminales del documento para combatir a los bachaqueros.

Descubiertos, los revendedores comenzaron a llevarse a niños en brazos, e incluso se los prestaban a otros compinches para que tuvieran prioridad y pudieran ingresar a los supermercados para adquirir mercancía a precio regulado.

Las autoridades le metieron la lupa a la situación con los menores que eran utilizados y los especuladores comenzaron a llevarse a abuelitos para formarse con la intención de que le dieran el puesto no una sino varias veces; unas cinco al menos, llevando a muchos comerciantes a erradicar las colas preferenciales para embarazadas, adultos mayores y mujeres con niños.

“Ahora todo el mundo hace la cola por igual”, atajó un comerciante del casco central de Los Teques, que vio como una abuelita de unos 85 años de edad era llevada por un hombre a cuanto mercado expendía alimentos regulados; él se escondía y cuando veía que ella salía con la mercancía en manos, la alcanzaba, cargaba con los artículos y los revendía a los últimos de las colas con 100 % de sobreprecio.

Estos modus operadi en boga es lo que el director de la policía del municipio Guaicaipuro, comisionado agregado Power Cano ha denominado las “mutaciones del bachaqueo”, tal y como lo afirmó en el programa radiofónico La Ruta Feliz transmitido por la emisora La Cima 96.7 FM la mañana de este miércoles.

Cano señaló que estas transformaciones ponen en evidencia el trabajo que se viene adelantando para ayudar a erradicar la práctica, que a su juicio, ha acentuado la problemática de escasez y desabastecimiento que se viene arrastrando desde hace varios meses en rubros alimenticios, de limpieza del hogar e higiene personal, principalmente.

Añadió que han dedicado esfuerzos a monitorear las colas para evitar alteraciones de orden público y cierres de vía. Incluso, este lunes y martes desde temprano se apostaron comisiones en las inmediaciones del Mercal de la calle Ricaurte de Los Teques para evitar que comenzaran a hacer la cola, luego que la alcaldía de Guaicaipuro anunciara vía nota de prensa que allí dejarán de despachar alimentos de forma directa a los compradores, para comenzar a aplicar la venta de bolsas de comida, priorizando a las familias según sus necesidades y nivel socioeconómico.

–Estamos haciendo los esfuerzos necesarios para mantener el orden público, pero también requerimos del apoyo de la ciudadanía, que denuncien oportunamente y nosotros garantizaremos la confidencialidad. Es necesario que todos sumemos voluntades para combatir este fenómeno que de no ser controlado puede generar más inseguridad (…) Tanta gente concentrada es una bomba de tiempo porque pueden generarse situaciones de saqueo, es por eso que durante los últimos días hemos arreciado en los operativos para evitar la pernocta de personas en las afueras de los locales que están cerrados, haciendo cumplir así el decreto municipal.

Temeraria

tendencia

La llegada de gente proveniente de Charallave, Las Tejerías y Maracay ha propiciado “sustos” en las colas, según lo ratificó Yelitza González, de la comisión antibachaqueo del municipio Guaicaipuro, quien detalló que han detectado que muchos de los foráneos que llegan en autobuses y camiones cada mañana a los comercios de la subregión están armados, por lo que están afinando estrategias para combatir esta peligrosa situación.

“La gente tiene los niveles de tolerancia en los pies. Hace unos días vi como se amenazaban con pico de botella los que encabezaban la cola de la Central Madeirense de La Cascada con unos motorizados que querían colearse. Ya la gente parece no temerle a nada con tal de llevarse su paquetito de harina”, confesó Carmen Blanco, residente de José Manuel Álvarez que “acampa” una vez a la semana en la pasarela de Montaña Alta, desde donde ha observado unas cuantas riñas entre clientes desesperados.

Johana Rodríguez-jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

Salir de la versión móvil