Por viviendas y comida 100 familias trancan la vía Panamericana

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Mientras despuntaba el Sol, al menos 200 personas se instalaban a lo largo de la carretera Panamericana

Más de 100 familias que aún esperan por la asignación de viviendas protestaron durante la mañana de este martes en la carretera Panamericana. Los afectados también cerraron el tránsito de vehículos por la carretera vieja Caracas – Los Teques. El paso fue restablecido pasadas las 9:00 de la mañana.

Más temprano, una protesta había restringido el transito por comida a la altura de Superlíder y casi simultáneamente las familias del refugio Paramaconi, en la antigua sede de Intevep Pdvsa. Los manifestantes se instalaron en el kilómetro 23 de la carretera Panamericana y señalaron que tienen más de cinco años viviendo en un “refugio temporal”.

También otro grupo trancó el paso en la carretera vieja por el mismo motivo, lo que mantiene aislado los Altos Mirandinos al clausurar las dos vías principales que la comunica con Caracas.

“Llevamos casi cinco años ahí dentro y solo meten más familias pero no nos dan respuesta de a dónde iremos”, dijo una de las mujeres refugiada del centro, que por temor a represalias no quiso ser identificada.

En la planta baja del refugio, que era propiedad de la estatal petrolera PDVSA Intevep, ahora a cargo de Corpomiranda, viven diez familias con 20 niños. “Los baños colapsaron en septiembre y las cloacas y los desechos fecales brotan de los inodoros. Esto es inhumano”, dijo una integrante del grupo de al menos 50 mujeres que habitan en el refugio.

Los primeros en llegar a este centro de acogida en el año 2010 fueron casi 320 familias de Nueva Tacagua y otras de distintos sectores de Caracas afectados por las lluvias. De este número aún quedan seis familias, pero hace tres meses llegaron otros 24 que ven con “desespero” las condiciones y temen correr la misma suerte que el resto de los damnificados.

Las familias que tiene nueve meses dentro de esta instalación venían de los galpones Lanex, de donde fueron desalojados para dar paso a la construcción un depósito de Abastos Bicentenario.

Ahora las familias están bajo el cuidado de Corpomiranda, pero señalan que el coordinador del centro no ha visitado el lugar desde hace meses. Los afectados afirman que se sienten “a la buena de Dios”, porque vinieron “dos semanas y no aparecieron más”.

Redacción La Región 

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