Al borde de un despeñadero

Nunca Antonio Ledezma ha promovido conspiraciones ni ha suscitado actos de violencia; por el contrario, ha sido toda su vida un promotor del diálogo y la convivencia

El gobierno no cesa en manipular los órganos de justicia. Les informo que a finales de abril fueron desestimadas las pruebas tramitadas por el equipo de abogados que asiste a Antonio Ledezma. Todas las tentativas que desmontan la trama fraudulenta la cual se pretende sostener para lincharlo “políticamente”, fueron apartadas. Podemos demostrar de manera fehaciente, que nunca Antonio Ledezma ha promovido conspiraciones ni ha suscitado actos de violencia; por el contrario, ha sido toda su vida un promotor del diálogo y la convivencia, defendiendo con pasión los valores de la libertad y la justicia como derechos inalienables de todo ser humano.

Se le persigue porque ha denunciado la corrupción. Se le hostiga porque ha reclamado en las plazas públicas respeto a las normas constitucionales que el régimen ha transgredido. No le perdonan que haya derrotado el poderío gubernamental en la propia capital de la república, cuando fue designado como su alcalde metropolitano en los comicios de 2008, y posteriormente reelecto en diciembre de 2013, con abrumadora mayoría. Sobrevivió todo tipo de ataques, desde agresiones físicas, hasta los arrebatos ilegales de las competencias y recursos de la institución que el pueblo le confió. Lo han perseguido por ejercer su derecho a opinar, acción que el actual régimen criminaliza.

En el documento publicado el 11 de febrero de 2015, Antonio Ledezma, junto con María Corina Machado y Leopoldo López, no hicieron otra cosa que advertir a todo el país y a la comunidad internacional, de los peligros que acechaban a Venezuela. Se anticiparon a poner en evidencia la crisis humanitaria que hoy nos conmueve y afecta enormemente: la escasez alarmante de alimentos, de medicinas, la falla de servicios básicos, como la electricidad, agua potable, junto con la escalada de criminalidad más alta del mundo. Esta fase terminal coloca al régimen al borde de un despeñadero.

Para salir de esta crisis, la Unidad Democrática propuso una enmienda constitucional, posibilidad que fue obstaculizada al igual que el Proyecto de Ley de Amnistía.

En medio de esta turbulencia, la inmensa mayoría de los venezolanos reclama un gesto presidencial mediante la renuncia a su cargo, que permita despejar el camino con vistas a una solución pacífica, democrática y legal. Desgraciadamente ha privado la soberbia. Frente a esa actitud intransigente, el gobernador Capriles -la verdad sea dicha- insistió en la vía del revocatorio y hemos visto cómo la ciudadanía se ha movilizado de forma categórica, aportando sus firmas para tramitar un referéndum, conforme al Artículo 72 de nuestra Carta Magna. ¡Listo! Habló el pueblo.

Mitzy C. de Ledezma 

 

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