Supermán, Mazinger y El Picure

Con El Picure le ganamos a yanquis y a japoneses, porque sin ser un superhombre volador ni un gigante de hierro disparando misiles, el nuestro es un personaje de la vida real

Del superhombre de interiores rojos y larga capa del mismo color se hicieron películas que por casi un siglo le han dado la vuelta al mundo con traducción en todos los idiomas. Supermán es como EE.UU., cuenta con armas super poderosas, visión de rayos X, destruye rocas como si fuesen galletas y hasta puede volar.

El robot nipón, famoso personaje de manga, es todo un gladiador heroico; aunque originalmente existió en la TV de 1972 al 1974, sus historias se siguen repitiendo en televisores de todo el globo terráqueo. Mazinger es como Japón, combativo, con alto sentido del honor y prefiere la muerte antes que aceptar la derrota.

La versión venezolana de los personajes anteriores es El Picure, sólo que a diferencia de aquellos el nuestro es malo, no lucha por la justicia sino que más bien la ofende. Es un perverso. Es un antihéroe.

Pero con El Picure le ganamos a yanquis y a japoneses, porque sin ser un superhombre volador ni un gigante de hierro disparando misiles, el nuestro es un personaje de la vida real. Y nada es más asombroso que la propia realidad.

El Picure, aunque menos famoso que Supermán y Mazinger; dentro de Venezuela se volvió en el personaje más nombrado. La gente sabe que es un pran (jefe mafioso) pero morbosamente expresa fascinación con sus acciones. Un vecino me dijo con una sonrisa: lo persiguió la policía y la guardia, se cayeron a plomo tres horas con El Picure y su banda, y no pudieron atraparlo.

Otro vecino me contó con tono de admiración: Lo rodearon con aviones y tanques pero El Picure escapó otra vez. Qué grande es El Picure, parecía ser el mensaje entre líneas. Dicen que su leyenda se fotografiaba con gobernadores y ministros.

El Picure se volvió como la guerra económica, imposible de acabar.

En fin ahora, parece que asesinaron a El Picure. En Venezuela, el Estado parece haber finalmente liberado a la sociedad de uno de sus peores enemigos. Pero así como con Osama Bin Laden, yo no creo en la muerte de El Picure hasta que muestren su cadáver.

Es más fácil imaginar la muerte de Dolartoday.

Al Estado le queda mucho por hacer para erradicar la criminalidad que azota a la población. Se ha expandido contra opositores y chavistas por igual. No es casualidad la desesperación del pueblo víctima y la multiplicación de los linchamientos.

Por ahora digo con angustia, si acaso de verdad lo mataron: El Picure nacerá de nuevo. En cada malandro suelto, en cada pran desbocado, El Picure sigue vivo.

Jesús Silva R. 

 

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