En Miranda el bien siempre triunfa sobre el mal

En esta festividad folklórica se rinde devoción al Santísimo Sacramento. La celebración comienza el martes donde se cantan fulías, se recitan décimas y se rezan rosarios y salves hasta el amanecer. Al día siguiente -jueves de Corpus- los promeseros vestidos de diablos realizan danzas alrededor y se ubican frente a la iglesia.

Una vez en la iglesia es cuando se establece una especie de lucha entre los diablos y la custodia. Finalmente, los diablos se rinden ante el Santísimo y se arrodillan en señal de sumisión, de esta forma representan la victoria del bien sobre el mal.

Los diablos recorrieron nuevamente las calles, vestidos de rojo y con máscaras, bailando al ritmo de un corrío.
Una vez ante el altar se rinden en señal de respeto, bailan a ritmo de bamba, que es un toque más reverencial.
Además de los Diablos de Yare existen otros como los Diablos de Tinaquillo, Diablos de Naiguatá y los Diablos de Chuao.
La vestimenta de todos los diablos del país son de colores muy alegres como el rojo, el negro, amarillo entre otros.
Camisa, pantalón y medias rojas, máscara y alpargatas. Llevan una cruz de palma bendita, el rosario y la medalla del Santísimo.
Llevan en una mano una maraca en forma de diablo y en la otra un látigo. Cada elemento tiene un significado religioso diferente.
Los Diablos danzantes de Corpus Christi ingresaron, a la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que aprueba la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (Unesco), en París, el 6 de diciembre del año 2012.
Once cofradías, enraizadas en igual número de comunidades de Venezuela desde hace cerca de cuatrocientos años, se rinden ante el Santísimo Sacramento.
Cada una de estas diabladas constituyen una expresión profunda de la venezolanidad y hace sentir orgulloso de la condición de pueblo multiétnico y pluricultural.

 

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