El acompañante por excelencia de los platos venezolanos, el arroz, se ha convertido en el gran ausente del almuerzo debido a la escasez del producto que suma más de un mes sin llegar a los estantes de los negocios altomirandinos, donde persisten las colas de clientes en las afueras.
“Hasta inicios de año uno encontraba las versiones caras, como el arroz con ajo pero ahora no se encuentra ni caro ni barato”, se quejó Karla Caicedo, vecina de La Macarena, quien opta por comprar yuca o papa para sustituir el grano blanco.
–Afortunadamente he encontrado pasta cara, pero al menos no tengo la despensa pelada; pero después de cuatro días seguidos comiéndola ya comienzo a repudiarla, así que busco refugio en las ferias campesinas, donde me armo de hortalizas y vegetales para variar el menú.
La fórmula es aplicada por otras amas de casa, quienes han aumentando notablemente el consumo de plátano y casabe. “Cada día nos van cercando más; nos quedamos con menos opciones. Con suerte como pollo y carne dos veces al mes cuando hasta hace un par de años era mi menú diario: un día comía de res, otra molida, otra punta trasera, pero ahora eso es un lujo que apenas unos cuantos pueden darse”, confesó Luis Miguel Rodríguez, vecino de El Nacional, quien extraña las parrilladas que solía hacer los fines de semana en su casa.
–Ya hasta las ferias están costosas, el pollo que pagábamos en Bs. 250 está en 850, es un incremento significativo. De paso hay que estar cazando estos mercaditos los fines de semana y madrugar para tener la esperanza de salir con algo en las manos. Es bien fuerte lo que estamos viviendo, tanto que cuando se lo cuento a mis amigos que tengo en el extranjero creen que estoy mamando gallo o exagerando.gf
Johana Rodríguez-jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl