El 2016 no ha llegado a la mitad y ya el costo de la vida se ha multiplicado por siete, según se desprende del más reciente informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), según el cual la canasta se ubicó el mes pasado en 256.146,79 bolívares.
El 30 % de aumento decretado en el marco del Día del Trabajador no se ha hecho efectivo y ya se desvaneció en las manos de los criollos, que entre marzo y abril tuvieron que sacar 98 mil 313 bolívares adicionales para cubrir la canasta básica.
“No se trata solo de los alimentos. Apenas se supo el monto del reajuste salarial, los costos de los servicios se dispararon: aumentaron en la misma proporción la mensualidad en el colegio de mi niña y en el estacionamiento pasé de pagar Bs. 1.200 a 4.000 de un solo golpe y sin derecho a pataleo”, se quejó Blanca Fuenmayor, residente de la capital mirandina cuyo sueldo no cubre el monto de la matrícula de su pequeña que será egresada a primer año de bachillerato.
–Todos estamos pensando en comprar comida, en llenar las despensas con lo que encontremos por si hay un estallido social, pero si no pasa nada, lo que viene es un nuevo año escolar; si el pasado fue traumático cubrir útiles y uniformes, no se puede esperar nada alentador este 2016, cuando los precios suben todas las semanas.
La problemática se ve acentuada por la escasez que ha dado lugar a un mercado negro donde los precios son aún más elevados. “El kilo de azúcar bachaqueado ya está en 1.600 bolívares”, confesó Carolina Briceño, quien opta por sustituir el producto por el papelón, artículo que también ha variado de precio los últimos meses ante el alza en la demanda.
“Estamos acorralados: cada vez que uno cree que ha encontrado la solución, empieza a escasear ese producto también o encarece de forma brutal. Un ejemplo sencillísimo se nota con la masa fácil de pastelito, la cual comenzó a venderse más ante lo engorroso que se ha vuelto adquirir harina de maíz precocida”, detalló la vecina de la urbanización Simón Bolívar, quien incluye casabe entre sus compras.
–Como no hay tortillitas Bimbo y cuando se encuentran están muy caras, opto por preparar pizza con casabe y aparte de quedar deliciosas son más saludables. Lo malo es que en cualquier momento o desaparece de los anaqueles o aumenta de precio. La marca que compro va por 500 bolívares. No sé con cuántos sueldos mínimos hay que contar para ir a hacer mercado.
22,1 salarios
Lo que pareciera una pregunta capciosa encuentra respuesta en el informe del Cendas: una familia promedio de cinco personas requiere 22,1 salarios mínimos para cubrir la canasta que incluye siete grupos, entre ellos los artículos de aseo personal que recientemente sufrieron un alza en sus precios de venta al público.
“En una familia de cinco personas con suerte trabajan tres porque suelen ser dos adultos y tres niños; pongamos que en algunos hogares ya el hijo está grande y aporta; yo me pregunto cómo hacen en los hogares de las zonas más deprimidas económicamente del país, donde tienen hasta cinco muchachitos y con suerte trabaja uno de los padres y como obrero. Por eso es que hay tanto delincuente en este país; lo peor es que ni siquiera eso reconocen y andan con el empeño de decir que son paramilitares quienes generan la inseguridad en el país”, dijo Carmen Verde, residente de Carrizal.
–Los docentes, que se supone que se quemaron las pestañas sacando su carrera y tienen en sus manos la importante labor de formar a los ciudadanos del futuro ya han tomado las calles dos veces en menos de un mes porque, como a la mayoría de los venezolanos profesionales o no, el sueldo no les alcanza. Es bochornoso que tengan que hacer pupitrazos y pancartazos, pero ya el agua les está llegando al cuello. Es desesperante para todos.
A juicio de los entrevistados el Gobierno debe dejarse asesorar. “Necesitamos un gerente que nos saque de esta crisis y nos marque el camino para volver a producir y superar la hambruna que cada día es más evidente en cada rincón del país”, opinó Marcela Sandoval, habitante de Carrizal.gf
Johana Rodríguez-jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejr