Hampa se muda a urbanizaciones de la ciudad del clima ideal

06-07-H
Problemas con servicios básicos son cada vez más frecuentes en “zonas buenas”

Las reuniones de condominio antes dedicadas a discutir problemas de servicios básicos como agua, luz y gas, ahora están volcadas a otro tema: la inseguridad.

 

Hurtos de vehículos, ingreso de antisociales a apartamentos, peleas y robos entre jóvenes que ingieren licor e incluso consumen sustancias estupefacientes en las zonas comunes de las urbanizaciones, han llevado a los vecinos a organizarse para establecer medidas que los ayuden a dificultar el ingreso de extraños, siendo baja la tasa de éxito durante las últimas semanas.

 

“Los vigilantes en la entrada del complejo habitacional ya no son suficientes. Hace unos días ingresó un motorizado con su parrillero y cuando el señor de seguridad los alcanzó en su moto, lo encañonaron y le dijeron que si los seguía lo mataban. Estos trabajadores están desarmados, no pueden hacer nada”, reveló Alejandro Lugo, habitante de la urbanización La Quinta, en la avenida Víctor Baptista de la capital mirandina.

 

“Se han pagado cuotas especiales para invertir en rejas en la entrada de cada terraza -ya tenemos una para entrar al edificio-, así como un cercado a los edificios e instalación de cámaras y luminarias. Es costoso, pero nuestra seguridad no tiene precio”, puntualizó el entrevistado, quien reconoce que aún así los antisociales siguen haciendo de las suyas. “Lo más efectivo hasta ahora es el grupo de WhatsApp que creamos y por donde al menos nos mantenemos informados sobre lo que sucede”.

 

En urbanizaciones vecinas como la Simón Bolívar de Los Teques, la situación no es diferente. “Para ingresar al edificio debo abrir dos rejas cuyas llaves ya rondan los 5 mil bolívares la unidad, y si la pierdo hay un recargo y de paso tarda en ser repuesta porque deben ser codificadas”, refirió Escarlet Fajardo, vecina.

 

Igualmente pagaron por la instalación de portones eléctricos para los estacionamientos. “Antes no había rejas, después se colocaron unas manuales, pero ante los robos registrados a los conductores cuando se bajaban a abrir se instaló el sistema eléctrico”, detalló.

 

Las medidas nunca son suficientes a juicio de la residente consultada, quien agregó que es normal escuchar entre los comentarios de los residentes los desvalijamientos de vehículos e incluso robos a mano armada de quienes van a dejar a personas en la urbanización otrora tranquila.

 

“Aunque se restringe el ingreso de extraños hay vecinos que no colaboran. Recientemente un carro fue ubicado dentro del estacionamiento cerrado en cuatro bloques; uno presume entonces o que fue un vecino o que al menos facilitó tanto la entrada como la salida del delincuente”, denunció.

 

En cuanto al apoyo policial, los habitantes de las urbanizaciones coinciden en señalar que el patrullaje no es suficiente, por lo que piden presencia de efectivos con más regularidad sobretodo durante horas de la noche y los fines de semana.

 

 

Repuestos

en la mira

 

Baterías y cauchos se han convertido en el nuevo objeto del deseo de los antisociales, quienes suelen cargar con los artículos a los cuales acceder se ha vuelto una tarea titánica debido a la no liquidación de divisas para honrar las deudas del sector automotriz y normalizar los despachos.

 

“Al propio Led Varela, animador de renombre nacional, en El Hatillo, una zona que en teoría es buena, le dejaron su Twingo en cuatro bloques. Es una situación lamentable y cada vez más presente en las urbanizaciones de los Altos Mirandinos. Ya uno no puede hablar de zonas buenas y malas porque parece que en todos lados estamos igual de expuestos a la actuación del hampa”, opinó Mario Oropeza, residente del Solar de La Quinta, quien hace un mes se topó con la sorpresa de que su moto había sido robada de su puesto de estacionamiento en la urbanización capitalina.

 

 

–Pese a que hemos pagado cuotas especiales para reforzar la seguridad, nadie vio nada y por supuesto no me respondieron por la pérdida (…) Cuando me desahogué a través de las redes sociales fue que descubrí que no estaba solo: al menos unos 10 amigos del Facebook respondieron que habían vivido una situación similar, lo que es un sondeo a vuelo de pájaro que no puede ser desestimado.

 

Johana Rodríguez – jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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