“Ser detallista no pasó de moda, pero sí está cuesta arriba en un país donde un paquete de azúcar que marca Bs. 26 no puede ser adquirido si no se protagoniza una cola de nueve horas o es comprado a un revendedor por Bs. 1.600”. La reflexión la hace una comerciante al interrogarle cómo ve las ventas de cara al Día del Padre.
“Antes de cada a estas fechas una semana antes uno se armaba de mercancía alusiva; pero ahora nadie mueve ni un dedo porque los venezolanos están enfocados exclusivamente en comprar alimentos regulados, artículos de aseo personal y de limpieza del hogar”, reveló Amanda Riera, quien tiene un puesto de ropa en la avenida Bermúdez de la capital mirandina.
–Al inicio ofrecía pura ropa, pero con la crisis tan dura que estamos atravesando, me ha tocado ofrecer de forma clandestina desde café, pasando por leche hasta pasta y arroz. No es jugar con las necesidades de las personas, es más bien satisfacer la demanda de las desesperadas personas que no saben a quién acudir para hallar los productos de primera necesidad.
La opinión fue compartida por comerciantes como Juan González, quien tiene su negocio en El Cabotaje. “Hasta ace unos tres años para esta fecha ya las tiendas de venta de teléfonos estarían a reventar de modelos nuevos y promociones de dos por uno, pero ahora eso es una leyenda urbana. Mis hijos más jóvenes no pueden creer que eso existiera en el país”, reveló.
–Cada año hay más apatía en fechas que antes eran especiales. Quien tenga más posibilidades en todo caso llevará a comer a su papá como para cambiar de ambiente, porque comprar un teléfono es lo mismo a contar con no menos de Bs. 1540 mil en el bolsillo, y una persona razonable preferiría invertir ese monto en comida.
Pese a la apatía reinante, no faltan quienes esperan que durante el fin de semana se presente un repunte en las ventas de mercancía de caballero. “Hay perfumes desde Bs. 8 mil; billeteras en el mismo precio y calzado por Bs. 20 mil; antes cada hijo daba su regalo, ahora tocará hacer vaca para dar aunque sea un detallito”, confesó Ángela Castro, vendedora en el Centro Comercial La Cascada.
Johana Rodríguez-jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl