El conjunto nacional afronta los cuartos de final de la Copa América Centenario avalada por una primera vuelta sin precedentes
El balance en números, al concluir la primera vuelta, deja bien claro el mérito de la Vinotinto de Rafael Dudamel: 2 victorias y 1 empate para 7 puntos, 3 goles a favor y uno en contra. Ya el invicto y los logros previos de 2 victorias consecutivas, ahora esa culminación sin precedentes, corroborada por lo visto en la cancha: un equipo que lucha, va cohesionándose cada vez más y reuniendo elogios por un desempeño individual de notas sobresalientes pero, sobre todo, por su funcionamiento como equipo.
Importante convenir, por encima de todo, el trabajo en bloque. Los apoyos a la marcación en los laterales, la constante circulación por el medio para entorpecer al rival y a la vez tomar la ofensiva, con la tranquilidad que dan la firmeza de la zaga y el guardameta. El buen uso de los espacios y el ataque por las bandas… El trabajo frente a México, uno de los cuadros que mejor se ha visto en la Copa América, tuvo ratos notables, con el detalle sustantivo de los cambios en la alineación, que subrayan la profundidad del plantel.
Causó desazón, por supuesto, que se escaparan los 3 puntos luego de por lo menos una hora de acción en ventaja. Pero sería mezquino desconocer los méritos del adversario y asegurar que errores propios y el cansancio de algunos le permitieron conseguir el empate. Ese desplazamiento por el medio, dejando atrás por lo menos 6 jugadores, no es algo habitual, quizás faltó una pierna a tiempo para el despeje, pero siempre hay que recordar aquello de que “el contrario también juega”.
En el sentido global, es cierto que México dominó la posesión mientras la Vinotinto, que la necesitó bastante en la segunda mitad, pareció dedicarse casi totalmente a la tarea de defender la ventaja. Solo después del empate volvió a verse señal de ataque y posibilidades, con el intento de Martínez, pero defender un marcador pasa por tener más la pelota, no solo por la verdad de perogrullo, “así el otro tiene menos oportunidad de ataque”: también se la precisa para generar oportunidades.
Hay detalles que, al lado de los muchos positivos, han sido advertidos por los técnicos, que ya estarán trabajando en ello y pensando en el próximo rival, condición que se supone confirmaría anoche la selección argentina. Obstáculo grande para seguir adelante la presencia de Messi y compañía -nadie deja de reconocerlo-, pero cuando se trabaja en conjunto, como lo está haciendo la Vinotinto, hay razones para el optimismo.
Ya la selección de Dudamel avanzó un largo trecho. En la ruta ha demostrado tener los argumentos futbolísticos y anímicos para el derecho a estar donde hoy, hecha con suficiencia la tarea de la primera ronda, se convierte en rival de cuidado, aun para trámites de mayor envergadura.
Armando Naranjo
@DonArmandoN
AFP / Nelson Almeida