Sería importante saber si el impuesto que te cobran al facturar verduras y vegetales, así como otros rubros alimenticios, es cancelado al Estado
Casi todo el mundo, por no decir todos, hemos ido alguna o muchas veces a un supermercado, estructuras económicas creadas en capitalismo para expoliar al pueblo, que piensa que tener casi todo en un solo lugar es lo mejor. Es decir, el monopolio de la venta de lo que necesita el pueblo. Además de ser locales comerciales que abusan de los precios y que nunca son controlados por las autoridades, roban descaradamente al cliente sin que éste se dé cuenta del atraco legal que se comete en su contra.
Una forma de atracarlo es cobrando el IVA a productos alimenticios que no lo pagan de acuerdo a la ley del impuesto al valor agregado.
Lo otro importante sería saber si el IVA que te cobran al facturar verduras y vegetales, así como otros rubros alimenticios, estos locales capitalistas los cancelan al Estado. Sería bueno echarle un ojo a estas prácticas de usura o robo a los clientes y a la nación.
Desde que se establecieron los días para compras de productos regulados (entre paréntesis, ya que a veces te venden harina pan con arroz a 250 y hacen que el pueblo haga unas gigantescas colas que interrumpe la paz de la gente, del tránsito y del quehacer diario), atropellan a los ancianos, a quienes no les permiten hacer una cola aparte para darle prioridad a su avanzada edad, no permiten entrar a los vehículos entrar a los estacionamientos creando el caos vehicular en la zona y, lo peor, nadie hace nada por regular sus actividades. Se convierten los empleados en esbirros que maltratan y humillan a su mejor manera de entender las órdenes de quienes se han hecho millonarios con el hambre del pueblo. En San Cristóbal acaban de inaugurar, en plena crisis económica, dos automercados más de la misma cadena que ya poseía cuatro para completar seis establecimientos salidos de los dineros que le han sacado al pueblo, pues sus precios son los más altos del mercado y aún así la gente acude a estos establecimientos acostumbrados a la supuesta comodidad para realizar sus compras.
Hay que meter el ojo en estos sitios para encauzar sus ventas dentro de las normas y convenios o en su defecto no suministrarles o impedir que vendan productos regulados, que solo causan molestias, problemas y se les permiten especulen con los precios y hasta con el IVA, que según la ley no deben pagar algunos o la mayoría de productos alimenticios.
“Se convierten los empleados en esbirros que maltratan y humillan a su mejor manera de entender las órdenes de quienes se han hecho millonarios con el hambre del pueblo..:”
Antonio Daza
aporrea.org