El precio de un kilo de perrarina oscila entre 2.140 y 6.340 bolívares, lo que ha desatado una ola de abandonos de canes en las calles de la capital mirandina, Carrizal y San Antonio de Los Altos, siendo cada vez más recurrente la imagen de perros arrollados en la carretera Panamericana.
No se trata de una cuestión de percepción. María Arteaga, conocida cariñosamente como “La Negra”, presidenta de la Fundación Amigos Protectores de Animales (Famproa), ve cómo semanalmente dejan en la puerta del refugio que dirige en Colinas de Carrizal perros abandonados: desde cachorritos hasta adultos, bien sea porque no los pueden mantener, se les dificulta encontrar la marca de perrarina que solían comprar o porque se van del país.
–Se trata de un fenómeno que ha venido agudizándose por la situación país durante los últimos meses. Antes se veían casos de abandono por parte de familias que compraban un perro para obsequiarlo al niño en alguna fecha especial y que a los meses lo abandonaban porque no querían asumir la responsabilidad de cuidar a esa mascota; en cambio ahora vemos que es una cuestión de mantenimiento y muchas familias no pueden asumir lo que se ha convertido en un gasto titánico.
La segunda opción es la que agobia a Martina Querales, quien tiene un poodle de cinco años a quien considera un miembro más de su familia. “Sería incapaz de abandonar a mi Roquito, pero reconozco que cada día es más difícil comprarle perrarina porque cada quince días presenta un precio nuevo y como es obvio, siempre es más caro”, dijo la residente de la urbanización La Fontanera en la capital mirandina.
–Le comenté la situación al veterinario y me recomendó que no le cambiara bruscamente la marca de la perrarina porque podría caerle mal, por lo que me recomendó ir mezclando la marca que le vengo dando desde pequeñito con la más barata que es la que puedo costear.
Otras personas recomiendan darles vegetales a los consentidos peludos, tal es el caso de José Serrano, directivo del Club Amigos del Pitbull de Los Teques, quien se ha convertido en multiplicador de la responsabilidad que implica tener un perro.
–En el caso de los pitbull hay que comenzar diciendo que el precio ronda los 70 mil bolívares. Si veo que la persona reacciona demasiado abruptamente ante el precio, le digo que es mejor que reconsidere la decisión de adquirirlo porque ese es solo el primer gasto, pero luego vienen los de mantenimiento que además incluye vacunas y visitas al veterinario: así que si no puede costearlos finalmente terminará abandonando al perro.
Pese a estar consciente de las limitaciones tanto por escasez como por inflación para adquirir la perrarina, dice que “no encontrarla no es una excusa válida para dejar desamparada a una mascota en la calle”.
–Los vegetales son una excelente opción para los canes, incluso la cáscara de los huevos, las mollejas de pollo y arroz picado; alternativas sobran, solo hay que ponerse creativos y más cuando uno crea un vínculo real con ese perro que termina convirtiéndose en un hijo, y definitivamente uno no botaría a un hijo porque no consigue leche.
Poodles: más
abandonados
La raza poodle es la más abandonada en los Altos Mirandinos, afirmó La Negra, quien con indignación señaló que si ella y sus voluntarios pueden mantener 160 canes en el refugio, una familia puede mantener un perro. “Nunca debería ser una opción botar a un perro, pero lastimosamente la escasez, inflación y las salidas del país se han convertido en los detonantes de esta actuación que es repudiable desde el ángulo que se le mire porque cuánto puede comer esta raza pequeña”.
–En mi casa siempre tuvimos perros y nunca vi que le dieran perrarina; siempre le daban de nuestra comida. Así que como dicen por allí: donde comen dos, comen tres. Seamos conscientes y no abandonemos más mascotas y quienes pese a la situación económica que atravesamos estén considerando adquirir una, opten por adoptar; en el refugio tenemos de todas las razas y edades listas por tener un hogar cariñoso.gf
Johana Rodríguez-jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl