PSUV: paquidermo anquilosado

«Aunque el patrono adelante los salarios a los trabajadores, en realidad éstos no le cuestan nada, ya que el valor de tales salarios se repone junto con el beneficio en el mayor valor del objeto trabajado»

Adam Smith

 

En la Venezuea del SXXI asistimos a la conformación de una élite burocrática quien transformó al Estado venezolano en una inmersa e ineficiente corporación estatal, donde sus monopolios responden a los intereses de la burocracia gerencial y no a los intereses de la corporación (entiéndase Estado). Mucho habrán de objetar la liberalidad en el uso del término corporación para referirnos al Estado venezolano, ¿pero una corporación se define por estar integrada por multiplicidad de monopolios? Tal es el caso del paquidermo anquilosado en el que se ha transformado el Estado venezolano. Los tentáculos del PSUV asfixiaron la crítica interna, los debates comunales, la democracia local y regional, las iniciativas institucionales, las críticas propositivas y todo lo que «atentara contra el establichment psuvista». ¿Las consecuencias? La más aberrante e inexplicable crisis socioeconómica, política y de valores en la historia de nuestro país… Empezando por el valor del trabajo.

En la era de las sociedades capitalistas, el valor del trabajo ha sido analizado por teóricos de todas las tendencias, desde Adam Smith, transitando por Marx, hasta llegar a Mandel y su capitalismo tardío. Todos coinciden en el valor que se transfiere a las mercancías derivado del trabajo aportado por quienes constituyen el elemento subjetivo de las fuerzas productivas. «Aunque el patrono adelante los salarios a los trabajadores, en realidad éstos no le cuestan nada, ya que el valor de tales salarios se repone junto con el beneficio en el mayor valor del objeto trabajado».

En consecuencia, si el estado venezolano se ha reacomodado en una modalidad estalinista de coorporación, y, en consecuencia aglutina la mayor cantidad de fuerza de trabajo del país en el seno de sus monopolios, con la impronta de reducir los sindicatos a meras filiales del partido; podemos concluir que como patrono explotador, el Estado ‘psuvista’ ha sido un éxito, pero como gerente de empresas «sociales de producción» ha sido un fracaso. Ahora bien, señalar el evidente fracaso económico sería apuntar a más de lo mismo. Lo cierto es que el anclaje al rentismo petrolero se profundizó en la era ‘psuvista’, donde la productividad de las empresas nunca fue una variable a considerar, mientras el subsidio petrolero posibilitara el crecimiento de un elefante blanco e hinchado, alimentado por el discurso cargado de conceptos manipulados e ideologizados por el paquidermo anquilosado que constituye el PSUV.

El PSUV, paquidermo anquilosado, incapaz de asimilar la derrota frente al pueblo que los llevó al poder y también les removió de él. Incapaces de captar que la enfermedad holandesa corroe los cimientos de las loables iniciativas sociales de este sueño social trasfigurado en pesadilla, por la burocracia enriquecida bajo la sombra de la renta y de proyectos inconclusos, ese PSUV se sabe derrotado y apela a medidas desesperadas. El paquidermo anquilosado se niega a abandonar las mieles del poder y recurre a los defenestrados exsocios, como la expropiada empresa canadiense Gold Reserve, quien fuere convocada para la reactivación de la explotación de Oro en «Las Cristinas» y «Las Brisas», en el Estado Bolívar… Ups, ¿nos equivocamos cuando fue expropiada? Y ahora, luego de una derrota legal en el Ciadi, que costó al país $740.3 millones, dos años más tarde, se renueva una sociedad comercial con esa empresa… ¿Cómo se explica eso? Creo que Kissinger fue quien afirmó que en las relaciones internacionales y los negocios prevalecen los intereses… no hay amigos. Y hoy el paquidermo anquilosado  del PSUV pactaría hasta con el diablo por sobrevivir…

Milagro Viña

aporrea.org

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