DE LA CARACAS DE ANTAÑO A LA METROPOLIS URBANA

 Hace años que Caracas dejó de ser la de los techos rojos. El crecimiento poblacional que experimentó a mediados del siglo pasado hizo se multiplicara todo: viviendas, vehículos, comercios y empresas. Hoy en día, se ha convertido en una caótica ciudad a la sombra de la escasez y la inseguridad

En el siglo XV, durante 1498, los españoles descubrieron las costas venezolanas y comenzaron con su colonización en estas regiones. Pero no fue sino hasta el siglo XVI, en 1558, que se aventuraron a expandir su colonización a otras áreas, haciéndose el primer intento en lo que hoy es conocido como la ciudad de Caracas.
Las tribus indígenas que poblaban ese territorio se resistieron a su colonización debido a su carácter aguerrido, intransigente y tolerante a la penetración y al sometimiento. Muchos fueron los intentos y también los fracasos de este proceso. No fue sino hasta el año 1567, cuando llegó al valle una expedición proveniente de “El Tocuyo”, precedida por el capitán Diego de Losada, que se logró la fundación de un pueblo con el nombre de “Santiago de León de Caracas”.
Hay quienes dicen que esta designación respondió a una tradición muy extendida en América por los colonizadores españoles, que consistía en incluir en el nombre del poblado el del santo a quien estaba dedicado el día de la fundación. Siendo el 25 de julio el día consagrado al apóstol Santiago, patrono de España.
No obstante, algunos afirman que el nombre seleccionado por Diego de Losada se relaciona con la Orden de los Caballeros de Santiago de León, originaria del reino de León, de la que formaban parte varios miembros de su familia.  Otra teoría apunta que se trata de un homenaje por parte de Losada hacia Pedro Ponce de León, gobernador de Venezuela en 1567, quien le otorgó los poderes para poblar el territorio.
Por otro lado, Juan de Pimentel, quien fuera gobernador de Venezuela en 1578 cuando se realizó el primer mapa de la ciudad, señala en un documento que acompañaba al mencionado plano, que la voz “Caracas” es de origen indígena. Resulta que los aborígenes de la zona tomaron este nombre porque en la tierra donde habitaban abundaba un vegetal denominado de dicho modo.
Muchos cronistas e historiadores consideran que la fundación de Caracas por parte de Losada constituyó la finalización de un proceso iniciado por Francisco Fajardo en 1560, cuando creó el hato de San Francisco, en lo que hoy es Catia. Y que continuó Juan Rodríguez Suárez, al establecer la villa de San Francisco en el mismo lugar, eligiendo inclusive alcaldes y regidores.

AYER Y HOY
Caracas es hoy una verdadera ciudad moderna y sus habitantes han aprendido a amarla, con todos sus defectos y virtudes. A sus 449 años, Caracas sigue creciendo más allá de los que ayer eran sus límites, con el cerro El Avila como testigo de su incesante expansión y modernización.
La que en un tiempo fue la Caracas de los “Techos Rojos”, que inspiró a innumerables poetas, pintores y compositores, es hoy en día una ciudad cosmopolita que guarda tímidamente vestigios de ese pasado. Restaurantes, teatros, museos, parques, lugares históricos, imponentes centros comerciales e infinidad de sitios nocturnos hacen de ésta una parada obligatoria en el itinerario de cualquier viajero.
Ahora, sobrevivir en Caracas ya no es cosa fácil, pues el crecimiento poblacional de nuestra capital, ha hecho que esta ciudad, que otrora fuera una tranquila población de techos rojos, haya pasado a convertirse en una agitada urbe, tanto residencial como comercialmente y ésto ha traído, por ende, un consecuente incremento del colapso de servicios.

Lo que antes eran serenas calles, que en diciembre se engalanaban con las famosas “patinatas”, hoy son colapsadas vías de comunicación repletas de transeúntes y de vehículos, para cuyos conductores es ya una rutina diaria verse inmersos en prolongadas y casi interminables colas.

En total concordancia con el desmedido crecimiento poblacional de Caracas, también se han incrementando las viviendas, los comercios, las empresas, los carros y por ende, la demanda de servicios públicos, cuyas principales carencias se presentan en los sectores de seguridad, salud, vialidad y educación. Ahora se suma, la crisis alimentaria y de salud de nuestro país que ha convertido a la capital en centro de pugnas por comida y en al artífice de una nueva, pero deplorable profesión: el bachaqueo.
El crecimiento incontrolado trae problemas obvios sobre tópicos como la seguridad, los servicios públicos y el tránsito, por sólo mencionar lo básico. Síntoma típico de las urbes incontrolables, que con el paso de los años se escapan de las manos de los gobernantes, crecen, se hacen más complejas y parece que cobraran vida propia.
Pero a decir verdad, aunque continuamente nos quejamos de los problemas de Caracas, lo cierto es que cada uno de nosotros siente como suya a nuestra capital. Si bien en el recuerdo de muchos queda la añoranza por la tranquila población de antaño, para quienes hacen vida diaria en la agitada ciudad, cada una de sus calles tiene un sentido que va más allá de los inconvenientes prácticos.
DESPIECE: Los nombres de las esquinas de Caracas son casi siempre un compendio de su historia. Sirven para mantener vivas algunas tradiciones históricas y al mismo tiempo, ofrecer ciertos indicios acerca de las costumbres de las personas. Cada nombre está ligado a una historia, algunas veces humorísticas, otras tristes o históricas, todas ligadas al pasado de la ciudad. Caracas es, tal vez, la única ciudad en el mundo donde cada esquina tiene un nombre y que sólo un nativo, o un residente de muchos años, podría nombrarlos en su orden correcto.

Edda Pujadas, @epujadas.-

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