Remedios caseros para aliviar las uñas encarnadas

Las uñas encarnadas se producen cuando una de las porciones de la uña del dedo del pie dobla la piel y se incrusta en el tejido suave.

En términos médicos se conoce como onicocriptosis y, por lo general, se desarrolla a partir de una inflamación microbiana de las áreas blandas las rodean.

La mayor parte de las veces genera una sensación de dolor acompañada con enrojecimiento e inflamación. Sin embargo, a medida que avanza sin ser controlada se puede producir un fluido amarillento o pus que indica que hay una fuerte infección.

Esto puede ser el resultado de un mal cuidado de las uñas, el uso de calzado inapropiado o lesiones pequeñas a las que se les restó atención.

Además, en ciertos casos puede ser genético, por ejemplo si hay antecedentes familiares de deformidad en las uñas.

La buena noticia es que, gracias a las propiedades de algunos ingredientes, podemos hacer varios remedios caseros para aliviarlas en poco tiempo.

1. Ajo
El ajo es un ingrediente con propiedades antibióticas que nos pueden ayudar a controlar la infección que se produce a causa de las uñas encarnadas.

Sus compuestos azufrados disminuyen la inflamación y aceleran la recuperación de las áreas afectadas.
Ingredientes
1 diente de ajo
1 venda adhesiva

¿Qué debes hacer?
Tritura un diente de ajo en un mortero y aplícate la pasta sobre la uña.
Cúbrelo con un vendaje adhesivo y deja que actúe toda la noche.
Repite el tratamiento todos los días, hasta sentir alivio completo.

2. Jugo de cebolla
El jugo natural de la cebolla tiene propiedades similares a las del ajo, ya que también controla el crecimiento bacteriano y fúngico.

Sus propiedades calmantes y antiinflamatorias controlan el enrojecimiento del área dañada y, en cuestión de días, contribuye a que recupere su estado normal.

Ingredientes
½ cebolla
5 gotas de limón
1 algodón

¿Qué debes hacer?
Licua la cebolla con las gotas de zumo de limón y asegúrate de obtener todo su jugo.
Pásala a través de un colador de tela y aplícate el líquido con la ayuda de un algodón.
Repite la aplicación dos veces al día, todos los días.

3. Sales de Epsom
Los baños con sales de Epsom no solo relajan las piernas cansadas sino que reparan las cutículas e impiden que las uñas se entierren.

Ingredientes
¼ de taza de sales de Epsom (62 g)
2 litros de agua

¿Qué debes hacer?
Calienta el agua a una temperatura soportable para los pies y agrégale las sales de Epsom.
Sumerge los pies durante 15 minutos, sécalos y cúbrelos con unos calcetines.

4. Agua oxigenada
Por ser un poderoso desinfectante, el agua oxigenada es uno de los mejores aliados para suavizar y recuperar la piel que se encuentra alrededor de la uña enterrada.

Su aplicación calma la sensación de dolor y evita que las bacterias y los hongos desarrollen una infección.
Ingredientes
½ taza de agua oxigenada (125 ml)
1 litro de agua

¿Qué debes hacer?
Pon a calentar el agua y mézclala con la media taza de agua oxigenada.
Sumerge los pies durante 15 o 20 minutos y sécalos.
Ponte unos calcetines o usa una venda sobre el dedo afectado.
Repite el tratamiento todos los días durante el tiempo que sea necesario.

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