En Los Teques tres bandas hacen pacto y controlan Guaremal

Agrupaciones hicieron un acuerdo de no agresión hace medio año, aproximadamente, imitando a sus pares en la Cota 905, El Cementerio y El Valle.

Agrupaciones cuentan con poco menos de 50 hombres, en edades comprendidas entre 16 años y 28 años. Además, las autoridades han identificado que con ellos trabajan tres mujeres

El “Edinson Chino Masacre”, “Los Morochos” y “Los Patas Cortas”, son los nombres de los nuevos líderes que controlan a la comunidad de El Guaremal y zonas cercanas en la capital mirandina. Cada uno representa a un grupo de delincuentes que antes se mataban entre sí por poder territorial del delito; ahora, son aliados que luchan contra los cuerpos de seguridad para mantener su sector libre de “pacos”.

Así lo indicó un funcionario de la Policía de Miranda, quien pidió anonimato para dar la información. Estas agrupaciones hicieron un pacto de no agresión hace medio año, aproximadamente, imitando a sus pares en la Cota 905, El Cementerio y El Valle. La geografía de su comunidad jugó a su favor, pues existe una sola entrada, que a su vez es también la única salida.

Estas bandas cuentan con poco menos de 50 hombres, en edades comprendidas desde los 16 años hasta los 28 años. Además, las autoridades han identificado que con ellos trabajan tres mujeres.

Sus ganancias provienen del robo de residencias, robo de vehículos lujosos para cobrarrescate y robo a empresas. Su lugar de “trabajo” es los Altos Mirandinos y sus principales inversiones son las armas de guerra estilo fusiles, granadas y cartuchos de 32 municiones.

“Ahora también secuestran camiones de comida y la reparten en la comunidad. Así lograron que parte de los vecinos los proteja o alerte cuando hay patrullas cerca. A su manera crearon una zona de paz; es decir, impenetrable y muy peligrosa para los cuerpos de seguridad”, manifestó el agente y agregó que tres de sus compañeros se mudaron del lugar por temor a caer en las manos de los delincuentes.

En 2013, el entonces viceministro José Rangel Ávalos visitó las regiones de Barlovento y Valles del Tuy para desmovilizar a las bandas delictivas. Les propuso canjear sus armas por apoyo socioeconómico. Ellas aceptaron con la condición de que los funcionarios policiales no patrullaran sus comunidades. A los lugares en los que este proyecto de pacificación se le llamó “zonas de paz”.

En 2015 el viceministro se reunió con la banda de la Cota 905, pero éstas no aceptaron la negociación. Sin embargo, el pacto de no agresión lo consolidaron con las bandas de los sectores cercanos, convirtiendo así a El Valle y El Cementerio en un territorio de difícil acceso para los agentes policiales.

Las últimas víctimas
“Señores, los funcionarios todavía están encerrados y no pueden salir. El hampa les está efectuando disparos. Cuatro funcionarios de la División de Vehículos  (…) Señores, sector El Mango de Guaremal; sector El Mango de Guaremal en Los Teques. Varios funcionarios de Cicpc heridos; varios funcionarios del Cicpc heridos. Va apoyo de la Guardia Nacional al sitio”. Con estos mensajes se llenaron las transmisiones de radio de distintos cuerpos policiales en la noche del miércoles 27 de julio.

Tres agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), de la División Contra Robo de Vehículos, estaban en labores de inteligencia por el callejón El Mango del Guaremal cuando fueron emboscados por los delincuentes, quienes sin miramientos, les dispararon.

El inspector agregado Miguel Rivas y los detectives Ángel Espinoza y Ramón Zerpa fueron los blancos de la banda unificada. El primero fue trasladado al Hospital Victorino Santaella y los últimos a la Clínica El Paso, de donde fueron remitirlos al Domingo Luciani (en El Llanito) por falta de insumos.

La mañana de este viernes 29 de julio, después de intervenciones y observación en terapia intensiva, el detective Espinoza falleció por el disparo que lo alcanzó en la cabeza. Suman 86 funcionarios policiales y militares que han sido asesinados en lo que va de año en Miranda, Distrito Capital y Vargas

Vanessa Moreno Losada / Efecto Cocuyo

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