A punto de cumplir 80 años de construida, una de las edificaciones más hermosas de la capital miranda, parte del patrimonio histórico de la ciudad, está hoy día abandonada y convertida en una autentica “letrina pública”.
Leonel Vargas, presidente de la Fundación Amigos Tequeños, recordó que esta edificación fue levantada en 1937 por Eleazar López Contreras como parte de la red de edificios dedicados al servicio de la salud pública; “nació como Unidad Sanitaria y funcionó como tal hasta aproximadamente hace 8 años, cuando fue cerrada”, dijo.
“Cuando los trabajos del Metro demolieron la escuela Sifontes, ubicada a pocos metros de la Unidad Sanitaria, el consorcio ofreció la recuperación de ese edificio;, por razones obvias, pues esta institución es quien tiene los recursos económicos y técnicos para restaurar esa vieja edificación, como lo hizo con Villa Teola”, detalló Vargas.
Asegura que es casi nula la información que se tiene sobre la estructura, “sabemos que está bajo custodia del Metro que no le entrega cuentas a nadie; no sabemos nada, en una oportunidad le pasamos varias cartas al presidente del Metro para saber cómo iba a quedar Los Teques tras los trabajos del subterráneo, y jamás recibimos respuesta. En este caso no sabemos cuál es la suerte final de esta edificación tan importante, uno de los pocos patrimonios históricos que nos quedan en pie”, reseñó.
El Instituto de Patrimonio realizó un censo entre 2004 y 2008, cuando tomó como una referencia histórica de Los Teques la referida edificación, quedando amparada por lo que hoy conocemos como Instituto de Patrimonio. “Su recuperación es un clamor como ciudadano, como miembro de la Fundación Amigos Tequeños y de Los Hijos de la Unión”.
Historia en el olvido
Además de la antigua sede de la Unidad Sanitaria, otras estructuras quedan en pie pero han sufrido deterioro y transformaciones en sus fachadas. ”Hay bellas quintas que claman ayuda y estamos a tiempo de poder recuperarlas y preservarlas”, agregó Vargas.
Citó el caso de Ramo Verde, mansión del general Vicenzo Pérez Soto; “sobrevive a duras penas en la Escuela de Guardias Nacionales. También está la Quinta Villa Paz del Valle, residencia del doctor Francisco Mendoza, quien fue el primer médico que practicó una transfusión de sangre en el país e hizo importantes investigaciones sobre la parasitología, está ubicada en la calle Roscio, aún de pie, pero ha sufrido modificaciones internas y externas.
Recordó igualmente la Quinta Álamo, hoy sede de la Casa Cuna Consuelo de Marturet, igualmente la escuela República del Paraguay, el Hotel Alemán, La Casa D´Italia, “vieja casona gomera de pintoresca estampa”, así como la sede del Restaurante Adriático, frente a la plaza Guaicaipuro; “el Hotel La Casona, frente a esta otra vieja casa de dos niveles de la misma época donde se acostumbraba velar la imagen del santo sepulcro cada jueves santo”.
Lamentó que ante la indiferencia del gobierno las elegantes casas de tejas holandesas de la calle Boyacá, en el sector Campo Alegre, hoy día se hayan convertido en una avícola, una venta de productos de limpieza, un restaurante chino y en una pizzería; “sus fachadas han sido alteradas, esas casas estaban cerca del ferrocarril, no ha habido forma ni manera de que alguna autoridad le ponga el cascabel al gato, callaron ante la destrucción”.
Pidió en nombre de la comunidad tequeña la restauración de la Unidad Sanitaria e impedir que la misma desaparezca. “El Concejo Municipal está obligado a velar por esa edificación. El Metro, que tiene la custodia, debe entender que para los tequeños representa un patrimonio histórico y sentimental porque miles de personas transitaron día a día por ese edificio por muchos años para hacerse sus chequeos médicos.gf
Daniel Murolo-dmurolo@diariolaregion.net / @dmurolo