Charcutería lidera la lista de lo más costoso en compras diarias

web 05-06-H

En panaderías no venden menos de 250 gramos de cada producto, cuando hasta hace un par de meses el mínimo era de 100 gramos

LOS TEQUES. “Para un cristiano que gana sueldo mínimo comprar queso amarillo es simplemente imposible, porque tendría que destinar íntegra una quincena o la mitad del bono de alimentación para llevarse un kilo”, reflexionó Jimeno Casares, quien confesó que desde diciembre del 2015 en su casa no saben qué es comer charcutería.

“El jamón también está fuera del radar de los pobres, porque una bandejita que te trae seis lonjitas casi alcanza los Bs. 2 mil y el kilo de jamón de pierna ya va a superar los Bs. 8 mil”, agregó el obrero, que en lo que va de año ha bajado 5 kilos de peso debido a los ajustes que ha hecho en su dieta diaria.

–Recuerdo que hasta hace dos años podía rellenar mi arepita con mantequilla, jamón, queso, salsa de tomate, mayonesa y un toque de mostaza pero este año de broma puedo comer la arepa pelada y no todos los días porque hay que rendir el paquete de harina Pan que se consigue una vez a la cuaresma.

El relato halla eco en otros hogares altomirandinos, donde coinciden en señalar que la charcutería lidera la lista de lo más costoso de los alimentos. “Antes eran parte de las compras diarias o en cada mercado, que en mi casa solía hacerse quincenal o mensualmente, pero ahora ha tenido que ser excluido porque le dinero simplemente no alcanza”, dijo Natalia Marcano, residente de El Tigrito, Lagunetica.

–Hasta hace un par de meses mi esposo procuraba comprar al menos dos veces por semana pan, jamón, queso y jugo, pero cuando la cuenta alcanzó los 5 mil y solo rendía para la cena de mi familia conformada por cuatro personas, tuvimos que desistir porque se nos estaba desangrando el bolsillo.

El cambio en el hábito de compra ha pegado duro en las charcuterías, donde procuran ofrecer las diferentes versiones en materia de calidad para darle alternativas a los compradores. “El más barato es el jamón arepero y sale con timidez”, reveló Francisco Quevedo, vendedor de un pequeño local que funciona en el casco central de la capital mirandina, donde dice que las ganancias se han ido a pique.

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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