Asfixia económica hace proliferar productos de procedencia dudosa

Bachaqueros no solo revenden sino que además adulteran mercancía.

Masa de maíz pilado ha sido la alternativa de los moradores de la capital
La masa para maíz de procedencia dudosa es vendida sin permiso sanitario en calles y avenidas.

Tierra humedecida en vez de café, cal por leche, un polvo no identificado por azúcar, champú rendido con agua y desodorante artesanal que en vez de evitar provoca mal olor son algunos de los productos mutantes que han surgido en el mercado venezolano ante la agudización de los problemas en la cadena de producción.

La escasez reflejada en los anaqueles lleva a los compradores a dejarse llevar por ofertas “tentadoras” de los bachaqueros, quienes no solo revenden mercancía a sobreprecio, sino que además alteran marcas reconocidas y crean otras que terminan siendo un fraude que puede poner en riesgo incluso la salud de las personas.

“Es una cadena de eventos desafortunados. Primero viene la alegría que se esfuma cuando notas que te han estafado y la decepción es doble, primero por el dinero, y segundo porque descubres que continúas sin ese producto que tanto anhelabas”, dijo Jorge Requena, residente del sector Cumbre Roja.

–A mi esposa le cobraron Bs. 1.500 por un desodorante que a precio marcado no rebasaba los Bs. 100 y cuando fui a utilizarlo resultó ser crema. Habían agarrado un pote de Speed Stick para caballeros y lo llenaron con otro producto que nada tiene que ver con la función de un antitranspirante. El resultado fue que a mitad de la jornada laboral tenía las axilas más sudadas de lo normal y con un olor nada agradable para mí ni para quienes me rodeaban, porque era tan fuerte la sudoración que podía ser percibida por quienes me rodeaban. Cuando al fin pude llegar a casa abañarme noté una irritación y una comezón que me duró 3 días.

La denuncia está lejos de ser aislada. A través de un boletín de prensa el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) señaló que este tipo de señalamientos ha aumentado significativamente durante los últimos meses, por lo que instó a sus agremiados a evitar abastecerse de productos de procedencia dudosa, debido a que su calidad no está comprobada y pueden generar daño tras su uso y/o consumo.

Aunque para Consecomercio es comprensible que los vacíos que se han ido creando en el mercado por la desaparición de fabricantes o la paralización momentánea de líneas de producción de ciertas empresas por la carencia de insumos y de materias primas, o la asfixia productiva que siguen produciendo la rigidez de los controles de cambio y de precios, se estén copando con la participación de nuevos oferentes, reiteraron que es un tema de salud pública que se puede salir de control si no se le pone un parado a tiempo.

–Lo que debería estar sucediendo es que el Gobierno nacional impida la desaparición de las industrias que, históricamente, hicieron posible el abastecimiento de productos de reconocida calidad, con presencia en el mercado a partir de la oferta de marcas, tamaño de envases y alternativas competitivas para el consumidor en materia de precios. Sólo que, por lo visto, esa es una responsabilidad ignorada por los funcionarios encargados de evitarlo. Eso lo vienen advirtiendo los productores y los industriales desde hace tres años, aproximadamente, y que lo evidencian la escasez, el desabastecimiento, las colas, además de la recurrencia a una modalidad comercial identificada como los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), y sobre cuya ineficiencia hablan los propios supuestos favorecidos.

Consecomercio considera que las autoridades, “siempre ocupadas en vigilar, inspeccionar y sancionar a productores, fabricantes y comerciantes formales, tienen que actuar también ante este caso porque la perversión de la economía no debería ser también permisible con la proliferación de delitos que luego, injustamente, pudieran ser imputables a los comerciantes”, finalizó la nota prensa.

Ojo con

la masa

Un producto que está siendo vendido en las esquinas sin ningún tipo de permiso sanitario ni registro comercial es la “masa de maíz” para hacer arepas, la cual llaman a no comprar por desconocer qué ingredientes tiene realmente y cual ha sido el tratamiento.

Johana Rodríguez-jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejlr

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