Con ajuste salarial alto porcentaje de masa laboral queda ganando sueldo mínimo

 Incremento en gasto de nómina tiene en jaque a cientos de locales altomirandinos
Incremento en gasto de nómina tiene en jaque a cientos de locales altomirandinos

“No puedo seguirle el ritmo a los aumentos de Maduro, simplemente no puedo; si prosigo así de aquí a diciembre tocará cerrar las puertas del estacionamiento”, relató Alejandro Quintero, encargado de un aparcamiento capitalino, donde ha pasado de tener seis empleados a dos, y el destino de uno está en veremos tras el más reciente ajuste que lleva el sueldo mínimo integral a más de Bs. 60 mil.

–Afortunadamente no he tenido que botar a nadie, se van solos alegando que se dedicarán a bachaquear porque así ganan más y no tienen que cumplir horario ni seguir órdenes de nadie; son sus propios amos y mientras aquí ganaban al día 501 bolívares, en un día de reventa de productos de primera necesidad hacen hasta 30 mil (…) Nuestro sector está particularmente golpeado porque los ajustes no van acorde a la estructura de costos de lo que implica pago de nómina y mantenimiento del lugar.

Este relato halla eco en empresas de otros rubros de los Altos Mirandinos, donde un porcentaje significativo que muchos expertos se atreven a decir que alcanza 90 %, quedará ganando sueldo mínimo debido a que en las empresas apenas producen para el mantenimiento y la ganancia mínima.

“Se supone que hay un organigrama que, sin ánimos de denigrar a nadie, está estructurado en base a estudios, experiencia y cargo, por lo cual un grupo ganaba más que otro; por ejemplo, el personal de limpieza ganaba mínimo y yo, administradora con más de 10 años en la empresa, mantenía una diferencia importante que rebasaba 60 %. Con tantos ajustes la brecha se fue cerrando hasta ahora que ya gano exactamente lo mismo que la bedel”, dijo Maritza Guerrero, quien labora en una empresa en San Antonio de Los Altos.

–Un grupo de compañeros y yo nos reunimos y pedimos audiencia con el jefe para pedir que se ajuste en función al cargo y la respuesta fue que tiene el departamento de renuncias abierto; que a quien le funcione bien y a quien no que se vaya, pues no puede aumentar cada vez que lo haga el Gobierno, más allá de los compromisos que son obligatorios como es el caso de los cestatickets y el pago mínimo que alcanzó los 22.576,63 bolívares.

 Una realidad,

varias reacciones

A diferencia de otros días cuando la alegría brotaba tras el anuncio de ajuste de salario mínimo, este último causó un sentimiento vinculado a la desolación debido a sus implicaciones. “Ya se venían corriendo los rumores de este aumento, incluso hablan de otro en noviembre, por lo que mi jefe desde inicios de año venía preparándonos psicológicamente a que llegaría el momento en el cual todos quedaríamos ganando sueldo mínimo y ese día ha llegado”, confesó Roberto Mijares, contador.

Muchos trabajadores renuncian a su empleo formal para bachaquear y generar más dinero

–Manejo la parte de finanzas en una empresa en la vía a San Pedro de Los Altos y ya hicieron la reunión para decir que no pueden pagar a nadie más del sueldo integral establecido. Los bonos de productividad que solían entregar quedarán en el olvido porque, dicen, tienen para sobrevivir este año.

Los que apenas se inician en el campo laboral, los primeros que solían contentarse cada vez que subían el bono de alimentación, ya no lo hacen. “Con la inflación como está uno entiende que si el Gobierno aumentó 50 % el salario, ese será el porcentaje en el que subirá absolutamente todo”, reveló Oscarlo Marcano, residente de La Macarena, quien obtuvo su cuarto empleo en lo que va de año, esta vez como mesonero en un restaurante de Los Teques.

“Más bien tengo miedo de que me dejen por fuera porque estoy en el fulano período de prueba. Este ajuste lo que vino fue a complicar el panorama mucho más”, dijo el joven que recibió su título de Técnico Superior Universitario (TSU) en Informática por secretaría para ahorrarse los gastos del paquete de grado que superaba los 25 mil bolívares.

Por otros lado están los empresarios, que ven cómo cada día generan más egresos que ingresos. “Básicamente lo que producimos se va 90 % en cubrir nómina; lo que queda apenas nos da a nosotros para comer”, dijo el encargado de una venta de comida en el casco central de Los Teques que solicitó el anonimato.

–Es una lucha para encontrar los ingredientes, los precios del menú hay que variarlos cada semana y eso espanta a los comensales que han disminuido sus visitas en más de 70 %. Antes los días de quincena el local era un hervidero de la cantidad de clientes, ahora vienen menos de la mitad; los más leales nos visitan una vez al mes. Es crítica la situación que estamos atravesando, por lo que dudo que tanto mi local que lleva más de 10 años de funcionamiento y otros similares matriculen para el 2017.gf

Johana Rodríguez-jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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