El hipo y tres método para acabar con él

Normalmente el hipo no es peligroso. Su duración media es de dos minutos
Normalmente el hipo no es peligroso. Su duración media es de dos minutos

Esta contracción espasmódica, involuntaria y repetitiva del diafragma siempre se manifiesta cuando comemos o bebemos demasiado rápido, consumimos refrescos carbonatados, tomamos alcohol, sufrimos gases o tenemos ansiedad

A todos nos ha ocurrido alguna vez que estamos tranquilos y, de repente, sin previo aviso, aparece el hipo. Este por definición, es una contracción espasmódica, involuntaria y repetitiva del diafragma y los músculos intercostales que provoca una inspiración súbita de aire.

Esto provoca un estrechamiento de la abertura entre las cuerdas vocales, que se cierran repentinamente, provocando su sonido característico. Se trata de un acto reflejo pero, a diferencia del estornudo o el reflejo de la tos, el hipo no cumple ninguna función protectora conocida.

El hipo siempre se manifiesta en las mismas circunstancias: cuando comemos o bebemos demasiado rápido, consumimos refrescos carbonatados, tomamos alcohol, sufrimos gases o tenemos ansiedad.

Normalmente el hipo no es peligroso. Su duración media es de dos minutos y, aunque es normal que su presencia se alargue durante mucho más tiempo resultando verdaderamente molesto, sigue siendo inofensivo.

Cosa distinta es lo que se conoce como hipo persistente, aquel que tiene una duración superior a las 48 horas, y el hipo refractario, que dura más de un mes y, en algunos casos extremos, varios años. Este hipo es muy incapacitante, pues dificulta actividades como comer, beber o dormir, y suele ser un síntoma de enfermedades que causan irritación del nervio frénico o el nervio vago.

Cómo tratar el hipo…
Dada las características del hipo, se puede acabar mediante tres ejercicios principales (y, en ocasiones, tendremos que alternarlos todos).

1. Ejercicios de respiración…
En ocasiones, se puede eliminar el hipo aguantando la respiración durante un tiempo, en otras basta con tratar de bajar el ritmo de ésta: para ello te puedes ayudar de una bolsa de papel (pero no te ahogues).

2. Ejercicios del diafragma…
Dado que es este músculo el que desata el hipo, es lógico que podamos intervenir sobre él para que nos deje tranquilos. Hay varios ejercicios para calmar el diafragma. Puedes tumbarte en el suelo y llevar las rodillas hasta tu pecho, manteniéndote en esta posición un par de minutos.

También puedes agacharte hacia delante y tratar de tocar tus pies con las manos, lo que hará que se comprima el pecho aliviando, con suerte, el espasmo. También hay un ejercicio de respiración que sirve para presionar el diafragma: respira hondo para alcanzar el espacio situado debajo de tus costillas y aprieta el músculo hasta que se calme.
Otro método, mucho más radical, consiste en recibir un fuerte golpe en el propio diafragma. Esto hará que se corte tu respiración durante un rato, pero el hipo desaparecerá seguro.

3. Ejercicios de distracción…
En ocasiones, lo único que conseguimos intentando cientos de métodos para acabar con él es empeorar la situación pues, como explicábamos antes, la ansiedad es uno de sus principales desencadenantes. Si te olvidas del hipo, probablemente desaparezca solo. El famoso método del susto para acabar con el hipo se basa en esta premisa: si hay algo que te llama mucho la atención tu cuerpo entra en alerta y el diafragma se relaja.

Hay varios métodos alternativos al susto, como comer una rodaja de limón o tomar una cucharada de azúcar y mantenerla en tu boca hasta que se deshaga. Lo importante es que dejes de pensar en el hipo.

El mejor método para acabar con el hipo…
Aunque estos métodos pueden funcionar, lo cierto es que no son definitivos. Funcionan en algunas personas, y en otras no. Pero hay otra estrategia que, según explicó en el British Medical Journal el doctor Rhys H. Thomas, pediatra del Gloucestershire Royal Hospital, es un “método milagroso” para acabar con el hipo.

La técnica consiste en llenar un vaso de agua, taponar tus orejas y tragar poco a poco, pero sin pausa, todo el líquido. Thomas insiste en que funciona de verdad: “Soy un converso tardío a este método milagroso.

Antes era partidario de beber en el lado contrario del vaso. Pero, en mi experiencia personal, el método es prácticamente infalible si se aplica correctamente.

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