Catedral San Felipe Neri conserva campanarios originales

Los Teques 1
Inseguridad hace que puertas permanezcan cerradas la mayoría del día

Bajo la estructura de la Catedral San Felipe Neri se esconden los campanarios originales de la estructura que fue erigida cuando el calendario marcaba el primero de marzo de 1790.

Pese a que cinco iglesias matrices fueron levantadas y con cada edificación iba perdiendo la esencia original, las joyas eclesiásticas provenientes de París se mantienen en la estructura, desde donde se anuncia la hora con un aparato electrónico que relegó a las campanas que eran tocadas puntualmente por Francisco Ascanio, conocido como “El Morocho”, quien por años fue el campanero oficial.

Atrás quedó la época cuando bautizos, matrimonios y primeras comuniones se efectuaban a la vista de invitados y curiosos.

Otra reliquia que permanece en la estructura es el óleo de La Ascensión del Señor, la cual mide 5 metros de altura por 5.50 de ancho y ha servido de fondo en las fotos de los miles de tequeños allí bautizados, que han hecho la primera comunión o se han casado en las instalaciones donde reposan los cuerpos de la élite eclesiástica de la entidad –obispos Bernal y Pio Bello- así como de Ezequiel Zamora, cuyos restos mortales fueron trasladado el 19 de abril de 1869.

Los restos de Ezequiel Zamora reposarían en la iglesia matriz de la capital mirandina.

Lámparas y mármol e incluso un Cristo desmontado fueron algunas de las valiosas piezas desaparecidas en medio de remodelaciones que iban y venían, como la efectuada después del terremoto de 1967, cuando pese a no sufrir daños irremediables, por capricho del monseñor Bernal fue tumbada y levantada la catedral, siendo una versión psicodélica que se inauguró en 1971 y que no causó mucho furor entre los parroquianos por considerarla un “mamotreto” que no colaba entre lo pintoresco de Los Teques de entonces.

Johana Rodríguez

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