Canasta Alimentaria Familiar cerró agosto en 383 mil 952 boívares

Comprar alimentos se ha convertido en una tarea titánica
Comprar alimentos se ha convertido en una tarea titánica

Una competencia desleal. Así se resume la carrera del sueldo mínimo, ajustado tres veces en lo que va de año, y la inflación que llevó a costar 383 mil 952 bolívares la Canasta Alimentaria Familiar al cierre de agosto, lo que implica que una familia promedio necesite unos 17 salarios para costearla, según se desprende del más reciente informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas FVM).

“Cada vez que uno va al supermercado todo está más caro; no estoy hablando de aumentos mensuales sino diarios y en todos los productos”, opinó Karla Useche, residente de El Barbecho, quien en la compra de vegetales y hortalizas para la semana gastó cerca de 20 mil bolívares.

–No mandé a mi chama a la escuela este lunes porque no tenía efectivo para que comprara en la cantina y no me dio chance de comprar pan para hacerle un sándwich. Hacer la lonchera es una verdadera tarea titánica porque no hay harina ni aceite para arepas y empanadas; para comprar pan hay que hacer cola, la charcutería está por las nubes, igual que frutas, galletas y yogurt. Por dónde se vea todo se hace cuesta arriba.

La opinión es compartida por otras amas de casa, quienes consideran que la alimentación de los niños se está viendo severamente afectada. “El sueldo no me da para comprar un paquete de galletas una vez a la semana, porque la que le gusta a mi niña que es la Oreo Fudge rebasa los 3 mil bolívares”, confesó Ana Guevara, residente del conjunto residencial Lagunetica.

–Es exagerado el precio de absolutamente todo. Hasta hace un par de años uno iba con 500 bolívares a un Farmatodo y salía con un par de bolsas; este fin de semana pasé y entre un enjuague bucal, una acetona, un par de bolsitas de gomitas y un paquete de Oreo tradicional se me fueron 6.400 bolívares. Las cuentas no cuadran por ningún lado; no sé ni cuánto tendría que cobrar un venezolano para cubrir las necesidades básicas.

Inflación, escasez

y bachaqueo

Muchos locales evitan la venta de productos regulados para prevenir alteraciones del orden público

La inflación no es el único factor que atenta contra la alimentación balanceada de los venezolanos. Le siguen en orden de importancia la escasez y el bachaqueo. “Cuando Chávez estaba vivo los venezolanos estaban gorditos no porque comieran mejor sino porque tenían acceso a los carbohidratos: harina, arroz, pasta, aceite, mantequilla y salsas, pero ahora todo el mundo está raquítico porque cada vez se encuentran menos productos en los anaqueles”, reflexionó Esther Mijares, habitante de Los Alpes.

–Ahora se ven menos colas en algunos supermercados de los Altos Mirandinos porque ante las alteraciones del orden público y cierres de vías como la carretera Panamericana, varios gerentes han decidido no ofrecer más esta mercancía, dejándonos con menos opciones (…) Mi sueldo no me da para pagar 3.500 bolívares por un kilo de azúcar ni mucho menos por un desodorante. Es desesperante llegar a esos días cuando no sabes qué le vas a dar de comer a tus muchachos.

Madre soltera de dos hijas de 5 y 7 años, esta es la cotidianidad de Esther. “Todos los días paso horas pensando qué les puedo preparar a mis chamas para cumplirles con sus tres comidas diarias. Ya entendieron que la platica no alcanza para las merienditas a las que estaban acostumbradas a media mañana y tarde, pero su estómago no entiende de escasez e inflación cuando el hambre pega”.

Números

que hablan

**En febrero la canasta alimentaria se ubicaba en Bs. 106 mil 752,72 bolívares, mientras que en julio una familia de 5 miembros requería de 363.866,73 bolívares para adquirirla, según el Cendas – FVM.

**El Cendas informaba que en el último año la situación ha empeorado: la cesta de alimentos aumentó 459 %, mientras que la escasez pasó de 34,5 a 43,1 %. La firma Ecoanalítica coincidía con estos datos e indicaba que mientras en marzo de este año la escasez llegaba a 35 %, en el mismo mes de 2015, sin el decreto de emergencia de enero, se encontraba en 25 %.gf

Johana Rodríguez-jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

 

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