Tequeños madrugan para comprar pasajes a San Cristóbal y hacer mercado en Cúcuta

LOS TEQUES. 4:00 a.m. Natalia llega al terminal de pasajeros de Los Lagos, donde hay unas diez personas por delante que tienen su misma misión: comprar un pasaje con destino a San Cristóbal.

Al igual que los demás, no se trata de un viaje de placer: desesperada quiere llegar a la región andina para luego abordar otra unidad a San Antonio del Táchira y finalmente atravesar a pie el puente que la llevará a Cúcuta, Colombia, donde anhela recorrer los supermercados donde otros venezolanos han descubierto la fórmula para no morir de inanición producto de la cada vez más aguda escasez de productos básicos que azota a la población.

“A los mercados de los Altos Mirandinos cada vez les están despachando menos mercancía básica, no hay alimentos y con mi sueldo no me da para estar manteniendo a los bachaqueros que venden cada artículo con mil por ciento de sobreprecio”, confesó la residente del barrio Ayacucho, que ya llevaba varias semanas con la idea de viajar a Cúcuta a comprar.

–Fui el martes al terminal y me dieron el pitazo de que tenía que madrugar para optar a comprar el pasaje, por lo que aproveché este feriado para hacer la diligencia. Espero estar saliendo a las 5:00 p.m. del viernes, llegar el sábado temprano, comprar y el domingo en la noche estar de vuelta en mi terruño para ir a laborar el lunes.

60 dólares es lo que llevará en el bolsillo la asistente contable. “Me dijeron que, como en el resto del mundo, no aceptan bolívares, así que me llevaré estas divisas que me dicen que se traducirán en un monto de pesos considerable para hacer un mercado para mi familia, constituida por mi esposo e hijo de 5 añitos”.

Como ella diariamente son más los tequeños que se suman a la travesía internacional para hacer mercado. “En otros tiempos uno anhelaba ir a Cúcuta para comprarse ropa y zapatos de cuero; me acuerdo que mis papás solían ir en diciembre para comprarnos los estrenos de marca. Ahora es para ir por pañales, papel higiénico y harina de maíz, último artículo que resulta más que insólito porque es nacional y hay más disponibilidad fuera del país y de paso se consigue más barato”, reflexionó Víctor Suárez, quien este fin de semana se sumará a la travesía junto a su hijo adolescente de 17 años y compadre para ver “cómo es la movida”.

–Tengo amigos que van todas las semanas. Si resulta tan rentable como dicen podría evaluar ir una vez al mes, como se hacía antes que uno efectuaba las compras de las despensas cuando se cobraba el último. Es un viaje pesadito sobretodo si se considera que es para hacer mercado, pero en un país insólito uno termina haciendo cosas asombrosas como ésta.

Según quienes han ido al nuevo paraíso de las compras criollas, una vez atraviesas el puente en Colombia disponen de unidades gratuitas que transportan a los venezolanos a los principales centros comerciales con los supermercados que colman para llevarse la mercancía básica.

“Vi a Dios cuando entré al área de perfumería y pude comprar desodorante, champú, toallitas protectoras diarias, máquinas de afeitar, cremas corporales y pasta dental”, reveló Dayana Quiroz, quien tras viajar a San Cristóbal a visitar a unos parientes en septiembre pudo cruzar a Cúcuta y recordar como otros miles de venezolanos cómo lucen los anaqueles abastecidos con variedad de marcas.

–No compré mucho porque no tenía previsto ese viaje (…) La gente delira obviamente por los alimentos, así como por los productos de higiene personal y los repuestos automotores. Precisamente en uno de los autobuses que abordamos escuché a otro venezolano diciendo que los cauchos que en Caracas no se encuentran por menos de 180 mil bolívares allá pueden ser adquiridos por 80 mil la unidad, por lo que es normal ver a muchos taxistas de Mérida y San Cristóbal haciendo sus compras por allá. Ahora estoy reuniendo para comprar dólares y volver para abastecerme como Dios manda para diciembre, el cual no se vislumbra nada alentador.gf

Johana Rodríguez jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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