Comerciantes trabajan “blindados” contra caravanas fúnebres

Detonaciones forman parte de los rituales de despedida de los seres queridos, creando pánico entre quienes tienen negocios adyacentes a los camposantos de la ciudad del clima ideal
Detonaciones forman parte de los rituales de despedida de los seres queridos, creando pánico entre quienes tienen negocios adyacentes a los camposantos de la ciudad del clima ideal

“Más peligroso que entierro e´ malandro” es el nuevo refrán que se escucha entre los venezolanos, quienes han tenido que adaptarse a los nuevos rituales funerarios que incluyen a motorizados haciendo piruetas y disparando.

Esta es la realidad que viven los comerciantes que tienen sus locales en las inmediaciones del sector 23 de Enero de Los Teques, donde está ubicado el cementerio municipal de Guaicaipuro y cada día es más frecuente ver a los deudos portando armas de fuego sin que la policía intervenga.

“Al tercer atraco me dije que debía tomar acciones por mi seguridad, así que decidí mandar a instalar una reja a través de la cual despacho. Cuando veo que se acercan los cortejos fúnebres con los motorizados bajo la santamaría y vendo por la ventanita”, refirió Samanta Mejías, quien ofrece material para estudiantes -lápices, borras, marcadores-, así como chucherías.

La acción fue imitada por Miguel Pereira, quien tiene un puesto de fotocopias cuyas paredes exhiben orificios por el paso de proyectiles de armas de fuego.

“La última vez que presencié un espectáculo de esta índole se trataba de un motorizado asesinado cuyos compañeros hicieron caballitos en dos ruedas mientras tomaban ron. La situación se salió de control cuando un cuarteto de los presentes sacó unas pistolas y comenzó a efectuar detonaciones al aire, las cuales precisamente fueron a dar a mi local, gracias a Dios sin saldo que lamentar”.

Este tipo de relatos ofrecidos a través de gruesos barrotes que impiden el acceso de cualquier extraño dan fe de la inseguridad que se vive en las inmediaciones de las necrópolis altomirandinas y caraqueñas.

–Esto es tierra de nadie. He visto cómo luego de atemorizarnos y obstaculizar el paso sin que nadie les llame la atención, entran al cementerio; a veces le llevan mariachis a los muertos y hasta bailan sobre las tumbas convirtiéndose el último adiós en un acto bochornoso que hace años dejó atrás la solemnidad y el respeto.

En otros casos que resultan sorprendentes para quienes están acostumbrados a lo tradicional, los allegados del difunto cargan el ataúd en hombros y visitan lugares que disfrutaba el fallecido, lo que incluye bares, prostíbulos y ventas de lotería; esto lleva a los policías a improvisar puntos de control y alcabalas para tratar de agilizar el paso automotor.

“El otro día tardé más de una hora en llegar de la parada a mi casa cuando lo hago en 10 minutos; quedé detrás de un cortejo fúnebre que incluía un grupo de motorizados mal encarados que impedían el libre tránsito“, refirió un  taxista que agregó que en más de una ocasión ha sido robado en las inmediaciones del cementerio municipal, justamente cuando se encuentra atrapado en una cola producto de un entierro.

Vista gorda
La situación no es nueva y mucho menos secreta; sin embargo, los efectivos policiales no han diseñado planes para erradicar esta práctica. “En lo que sí se pusieron de acuerdo fue en hacerse de la vista gorda porque esto pasa frente a los módulos de Poliguaicaipuro, la comandancia de Polimiranda y la sede del Cicpc Los Teques y los funcionarios se van o se convierten en otros espectadores”, expresó Mildred Jaspe, quien tiene su puesto informal en las aceras de la avenida La Hoyada.gf

Blindados

-90% de los comercios ubicados en el sector 23 de Enero de Los Teques trabaja tras las rejas.

-La instalación de circuitos cerrados está presente en más de la mitad de los locales ubicados en las inmediaciones del cementerio municipal de Guaicaipuro.

-Los sistemas de alarmas también se han convertido en una herramienta popular ente los vendedores para ahuyentar a quienes tengan intenciones de hurtar.

Johana Rodríguez jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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