Yo no voté por este desastre

Ese despelote que significa el irrespeto a toda norma de convivencia ciudadana, incluso normativas legales, es evidente en todo el país

Asdrúbal Hernández
aporrea.org
Yo tampoco, ni mucho menos por el auge de violencia y criminalidad que se ha desatado por todo el país, ni por la pérdida sostenida de valores fundamentales que caracteriza a la mayoría de los jóvenes, estudiantes o no, y que se manifiesta en cualquier sitio público; transporte y sitios recreacionales. Ni decir de funcionarios y autoridades de todo nivel.
Hace poco una señora era casi atropellada por una moto conducida por un policía, quien llevaba a otro colega de parrillero, justo en un paso peatonal y con semáforo en rojo (¿quién inventó eso de paso peatonal y semáforos? y ¿para que sirven? Se nota que hasta las autoridades lo desconocen o se hacen los malandros como cualquier otro!). La señora asustada le preguntó a gritos que si no vieron la luz roja, a lo que el funcionario conductor le contestó «vaya pal carajo vieja loca y apártese»! Lo más anecdótico, por decir lo menos, es que los transeúntes si acaso se ríen o burlan de la pobre señora por el heroismo de los policías malandros.
Ese despelote que significa el irrespeto a toda norma de convivencia ciudadana, incluso normativas legales, es evidente en todo el país a cada momento; y lo peor: no hay autoridad que valga ni haga cumplir lo más básico del reglamento de tránsito. Esto es una desgracia, y en la provincia mucho peor, allí opera la ley del más fuerte o del más malandro.
Las misiones y grandes misiones son excelentes alternativas para salir de las crisis, pero el problema es que la crisis no acaba; ¡empeoramos!, pues están enlodadas con corruptos y corruptores.
Pienso que aún con el cerco nacional e internacional a toda actividad que genere bienestar a la población derivada de la gestión de la revolución, llevando a la gente a la desesperanza y odio hacia el chavismo, podemos corregir el rumbo y retomar el legado de Chávez. Maduro debe entonces rectificar y tomar medidas drásticas para sanear la situación. No merecemos retroceso con los que dilapidaron la riqueza petrolera en la cuarta república. Canallas todos y todas quienes gozan, junto a sus familias, de todas las prerrogativas, privilegios y libertades, en lugar de estar en la cárcel junto a los que se visten de rojo para seguir jodiendo al país!
PD.  Señor presidente Maduro, ante esos panoramas es necesario replantearse el sistema educativo en su conjunto, incluyendo a la familia, y le sugiero se habilite una Gran Misión «Moral Y Luces», a fin de rescatar y perpetuar los valores tradicionales que desde antaño, añoran la población de mayor edad.

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