Dado que algunas desconocen cuáles son, en el siguiente espacio queremos compartir una serie de recomendaciones que ayudarán a mantener la firmeza y salud de tu busto
El busto es uno de los atractivos físicos femeninos que, por desgracia, tiende a presentar muchos cambios en las diferentes etapas de la vida.
La actividad hormonal, los bajadas o subidas bruscas de peso e incluso la lactancia materna son algunos de los factores que pueden, por ejemplo, causarle flacidez, estrías u otros problemas estéticos.
Así las cosas, es primordial que todas adoptemos algunos cuidados especiales, y procuremos aplicarlos todos los días, desde edades jóvenes.
1. Cuidar la alimentación
Muchas no se alcanzan a imaginar todos los beneficios estéticos que tiene la adopción de una alimentación saludable, balanceada y rica en nutrientes de alta calidad.
En este caso particular se trata de un hábito fundamental, ya que una dieta adecuada es fundamental para la salud muscular y de la piel.
Por otro lado, muchos alimentos estimulan la producción de estrógenos en el cuerpo, lo cual fomenta el crecimiento y la firmeza del busto, en especial al iniciar su etapa de desarrollo.
2. Masaje con hielo
El masaje con hielo es una terapia reafirmante que ha ganado fama en todo el mundo por sus beneficios para la piel y el rejuvenecimiento de la misma.
Su aplicación sobre los tejidos de los senos genera un efecto de contracción que, con los días, ayuda a mejorar la firmeza.
¿Cómo hacerlo? Toma un par de cubos de hielo y frótalos con suaves masajes alrededor de los senos. Repite los movimientos durante uno o dos minutos y, tras secar el agua, ponte de inmediato un sostén. Practícalo dos veces al día para conseguir resultados óptimos.
3. Mejorar la postura
Una buena postura no solo estiliza la figura sino que ayuda a lucir unos senos más firmes, tonificados y atractivos.
La posición del cuerpo, tanto en reposo como en movimiento, ejerce efectos significativos en la salud muscular del pecho, el abdomen y la espalda.
Una postura erguida hace lucir más estatura, disminuye el riesgo de lesiones y, por si fuera poco, ayuda a evitar que el busto se caiga.