Todavía no da tanto dinero como el trafico de droga, pero crece al mismo ritmo. Bandas armadas de los Altos Mirandinos han visto claro el negocio y se han apoderado de El Limoncito, principal vertedero de la zona, donde a diario cientos de hombres y mujeres escarban en la basura en busca de material valioso para su reventa.
“Acá muchos vivimos de recoger cartón, plástico, aluminio, cobre, cada quien se especializa en un material, viene mucha gente a comprar en grandes cantidades, se hace buen dinero”, explica la fuente, quien pide no revelar su identidad por miedo a represalias.
Razones de sobra tiene para temer. En los últimos meses se han registrado varios heridos y al menos dos muertos víctimas de los integrantes de la banda que controla el “mercado”, actividad ilícita que las autoridades no han podido controlar, convirtiendo el principal basurero de la subregión en territorio del hampa.
En febrero de 2016 un coronel retirado fue asesinado dentro de la zona cuando ingresó con la intensión de recolectar goma espuma de colchones para utilizarlo en su negocio, un auto lavado.
“El Cicpc tomó la zona y se desató un incendió que paralizó el basurero varias semanas, pensamos que se habían ido (delincuentes), pero que va, regresaron”, agrega el hombres.
Explica que la peligrosa mafia conformada por medio centenar de sujetos de barrios cercanos, funciona de lunes a viernes. “Nosotros –trabajadores- debemos cancelar a los líderes de la banda altas sumas de dinero para poder seguir clasificando material y vendiéndolo. “Quien se niega a pagar vacuna le dan un tipo, hace pocas semanas, principio de diciembre, le metieron un balazo a uno porque no pagó”, narró.
Asegura que el control está en manos de una sola organización hamponil compuesta por unos 50 sujetos fuertemente armados; “tienen desde Uzi, R15, hasta granadas… aquí todos tenemos miedo”, agregó.
La fuente asegura que esa es la razón por la que los domingos el sumidero, ubicado en la carretera Panamericana entre Los Teques y Las Tejerías, se llena de familias enteras que van a buscar comida u objetos de valor que puedan vender posteriormente.
“Es el único día de la semana que no está activa la mafia, del resto es imposible entrar, sólo le permiten el ingreso a los camiones de aseo de las alcaldías porque saben que son los que traen el material”, indicó.