El tesoro del banco

Quien no quiera el aumento de sueldo no lo reciba, rechácelo, dirija una comunicación a su centro de empleo y manifieste que no le parece correcto que le hayan subido el sueldo

 

Ir a las agencias del Banco del Tesoro es hacer turismo de terror y lamento utilizar esta vía para expresar la inconformidad de los usuarios, como yo, de esa institución bancaria que nació en revolución, debido a que es como darle la razón al enemigo, ya que para los escuálidos nada funciona en el socialismo. Comencemos por el principio: las promotoras además de ser groseras de actitud y descorteses, el gerente asume que no le compete el mal funcionamiento de la sucursal o agencia a la que está adscrito, por cuanto su forma en el trato con los cuentahabientes es déspota. Pareciera que al tipo le ladilla que alguien se le acerque para preguntarle cualquier cosa relativa a la actividad bancaria.

Antier fui como por quinta vez a resolver un asunto del traslado de mi cuenta personal que estaba en el Banco Industrial de Venezuela, tras su liquidación, al mencionado Banco del Tesoro, agencia Araure. Aparte que atienden a cinco personas diariamente para realizar la “apertura de cuenta” por el bendito traslado, hay una sola promotora haciendo ese trabajo. No voy a comentar si esos funcionarios son o no revolucionarios, aunque asumo que son chavistas, pero por lo que vi parecieran que fueran opositores (oposicionistas). En fin, me ha sido imposible resolver el asunto en cuestión.

Hago la salvedad de la señora invidente que está a la entrada, así como de los vigilantes de Corposervica, quienes de manera amable orientan a los que allí llegan, pero la cosa se pone fea cuando toca hacer la cola. Existe la opción es ir al “Tesoro” que está ubicado en el centro comercial Llanomall, en Acarigua (disculpen la publicidad gratis), con la novedad de que allá también reciben los casos como que el que describo solo hasta el mediodía y entendiendo que el tiempo es tesoro, digo oro. Disponer de más de cuatro horas en un banco para ser atendido y cuando llegas te dicen que te falta la planilla tal, o la forma equis 23 que la bajas por internet. Dios, uno dice: por eso es que los escuálidos aseguran que todo lo que toca el Gobierno lo daña. La vaina es que esos trabajadores como muchos de otras instituciones públicas, no son socialistas, ni chavistas y mucho menos revolucionarios.

Estando en ese banco una señora manifestaba: “¡Y el loco aumentó otra vez el sueldo, qué bolas!”, a lo cual los servidores públicos de ese organismo asentaban con la cabeza. Otra persona dijo: “¡qué arrecho, el gobierno en lugar de frenar la inflación, la estimula!”, y los trabajadores de ese banco reiteraban su actitud moviendo la cabeza de manera afirmativa; una señora mayor comentó: “¡Espero que cuando haya elecciones presidenciales la gente salga a votar, porque con este problema económico que no alcanza para comer, nadie sale a protestar!”, y otra vez los funcionarios del Banco del Tesoro respaldaban con sus gestos las palabras de esos usuarios. Entonces reiteré que el que no quiera el aumento de sueldo no lo reciba, rechácelo, dirija una comunicación a su centro de empleo y manifieste que no le parece correcto que le hayan subido el sueldo. Sobre el problema de la inflación comenté que no hay que ser economista para entender que la ‘guerra económica’ no se puede combatir así de sencillo, debido a que nos hemos convertido en una sociedad de bachaqueros que queremos ganar dinero fácil y el que no quiera recibir el aumento salarial, como ya dije, pues no lo reciba y punto. Los allí presente respondieron: “¡Señor, por favor, no me diga que usted es chavista o es que está enchufao!” Sonreí y retirándome de la madre cola que estaba haciendo puntualicé: soy chavista, bolivariano y revolucionario y sí estoy enchufao con el satélite Simón Bolívar y el Francisco de Miranda. ¡No volverán!

Cruz Mario Silva

aporrea.org

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