Los milagros aún existen

Es mejor hacer periodismo en Venezuela y no en los United States, dada cuenta que allá no hay ni una ápice de libertad de expresión o de información

 

Vivimos en una era de incredulidad, en el cual la maldad impera y la miseria humana se expresa en términos infernales. Pero lo ocurrido en una reciente edición estelar de CNN hace pensar que Dios toca las almas más enfermas e iracundas después de todo. La cobertura periodística hecha por el canal de Atlanta, propiedad de Ted Turner, el pasado lunes, hizo lo impensable, abordó un mismo hecho noticioso: la marcha del chavismo en honor al revolucionario Fabricio Ojeda y a la culminación de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, así como la caminata de los escuálidos, quienes querían entregar una comunicación al CNE. En esta ocasión, la jornada no fue cubierta por Osmary Hernández, corresponsal de CNN en Caracas, sino por un “periodista” que por sus gestos entendió las dos caras de la realidad.

El profesional del periodismo, le damos el beneficio de la duda, entrevistó a tres marchistas de lado y lado, comenzó por los oposicionistas, entre estos dos hombres y una mujer. Uno de los “caballeritos”, como diría la exgobernadora Antonia Muñoz, aseguró que “Maduro es un dictador y en Venezuela no hay derechos constitucionales, pienso que el diálogo era una manera de superar la crisis política, pero cómo se habla con un dictador”. El otro entrevistado manifestó que marchaba porque: “le exijo al Consejo Nacional Electoral que realice unas elecciones generales, no aguantamos esta crisis a la que nos ha llevado el chavismo”. Y la señora con aspecto azaroso debido a la pepa de sol, aseguró entre otras cosas que “el régimen está haciendo pasar hambre a millones de venezolanos”. Algo que me pareció extraño fue que el periodista no caminó en esa marcha, no sé si por pena ajena, o porque las respuestas ofrecidas no reflejaban lo que los interlocutores querían hacer saber o por la inclemencia del astro rey.

Cuando el comunicador social se trasladó a la marcha roja rojita, notó alegría en las respuestas de los camaradas. En este caso entrevistó a dos mujeres y a un hombre. La primera señora dijo con una sonrisa que no le cabía en el rostro: “acompaño al dictador Nicolás Maduro y a su gobierno porque es malo, muy malo, me dio una casa, nevera y estudios, qué te parece”. La segunda persona abordada contestó que él sí es un enchufado: “enchufo la canaimita de mi hija que a su vez se enchufa con el satélite Simón Bolívar y el Miranda y estoy orgulloso de ser chavista y revolucionario. Finalmente la otra entrevistada aseguró a rajatabla: “apoyo totalmente a Nicolás Maduro”. El corresponsal este caso sí caminó en la marcha bolivariana, pero sin el cubo que identifica al micrófono de CNN. Asumo que cuando estaban editando, si en verdad es un periodista a carta cabal, habrá entendido que no tenemos dictadura, que Nicolás no es ningún dictador, que hay libertinaje de expresión y lo mejor de todo, haciendo yo un ejercicio de reflexión, que como Donald Trump está enfrentado a CNN y a sus medios de difusión, es mejor hacer periodismo en Venezuela y no en los United States, dada cuenta que allá no hay ni una ápice de libertad de expresión o de información.

Cruz Mario Silva

aporrea.org

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