Las diferencias generadas entre sus compañeras de clases, por una asignación académica, habría sido el detonante de la golpiza que acabó con la vida de Michell Longa (18), cursante del cuarto año de bachillerato en el Liceo Caricuao, ubicado en la UD5.
El lunes 13 de febrero, la estudiante decidió presentar sola una exposición para la cual estaba agrupada con tres compañeras que no la ayudaron con el trabajo. Estas la esperaron a la salida para darle una paliza y así vengarse por dejarlas por fuera.
La jovencita, quien tenia cuatro meses de embarazada, caminó unas dos cuadras hasta el bloque 18 donde vivía, logró entrar al edificio pero un vecino le pidió que le abriera y ella se regresó. En ese momento ingresaron las tres liceísta que la llamaron para conversar, pero en su lugar fue golpeada salvajemente.
De acuerdo a la versión ofrecida por otros estudiantes, una de las autoras del hecho practica Taekwondo y a esto se debió que las lesiones causadas fueran letales. La víctima fue llevada al Materno Infantil de Caricuao, donde la estabilizaron, pero luego fue ingresada al hospital Miguel Pérez Carreño.
Estaba consciente pero no podía hablar por la lesión que sufrió en la cervical. El domingo entró en estado de coma y el lunes 20 de febrero falleció.
Las autoridades lograron identificar a las estudiantes del liceo que presuntamente participaron en el hecho. Se trata de Maibel Aldana García, de 18 años, y dos adolescentes de 16 y 17.
La primera fue presentada ante el Tribunal 46 de Control del Área Metropolitana de Caracas, donde le imputaron por el delito de homicidio calificado con alevosía y por motivos fútiles en grado de complicidad correspectiva.
Le dictaron privativa de libertad y fe enviada al Instituto Nacional de Orientación Femenina INOF, ubicado en la ciudad de Los Teques. Mientras que las dos adolescentes fueron presentadas ayer ante Tribunales por el mismo delito, pese a que tenían medida de presentación desde la semana pasada cuando fueron denunciadas por agresión.
Como la joven no había fallecido, les habían prohibido acercarse a ella. Ahora deben enfrentar un juicio.
“El tsunami de la violencia”
“Matar a otro ser humano porque confundieron falta de solidaridad con tapar una sinvergüenzura como fue no responsabilizarse de un trabajo que debió ser llevado en equipo equivale a aquel niño que berrinchea porque no se hace lo que él dice y terminan los adultos complaciendo peticiones caprichosas para evitar lo que más adelante será un grave error que es la intolerancia ante situaciones que se pueden calificar como tontas”, reseñó la doctora Hilda Mar La Chica, psicólogo especialista de la UCV al referirse al caso.
-Sin duda es en la adolescencia, donde recogemos los frutos que hemos sembrado en los primeros años de vida de nuestros jóvenes. En ello están inmerso todos los entes significativos de la vida de todo ser humano: progenitores, docentes y la sociedad en sí misma.
Asegura que no es que se llegó a este período crítico del desarrollo y a partir de ahí vienen los problemas, al contrario, “allí empeoran si desde tempano no pusimos coto a pequeñas infracciones”.
-Nada sorprende, así se vive en otros escenarios de nuestro país Venezuela y los contextos educativos no son ajenos a este hecho. Pocas son las iniciativas efectivas en centros educativos para erradicar la violencia, si bien no es el único ente que debe involucrarse en esta titánica labor, sin duda será un buen comienzo para sembrar en quienes ahí hacen vida el ejercicio de la tolerancia, compañerismo, solidaridad, asertividad mientras que al mismo tiempo empoderar a las figuras de autoridad (maestros, docentes, personal directivo) a ejercer los correctivos necesarios para frenar el tsunami de violencia. El inicio será reconocer que existe agresión en estos escenarios.
Debemos vigilar –agregó la experta- la conducta de nuestros estudiantes e hijos y que esto signifique incluso sancionar actuaciones trasgresoras por muy pequeñas que parezcan y aunque se cometan con tan corta edad como en la infancia.
Daniel Murolo
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