La batalla que el gobierno está obligado a ganar

El gobierno revolucionario no ha encontrado la fórmula para derrotar al enemigo más peligroso que tiene: la guerra mediática

Hace tiempo lo vengo diciendo, en foros, asambleas y reuniones privadas, cuando aún Chávez hacia vida terrenal con nosotros. Esta es una guerra por el poder entre la derecha fascista, cuyo único propósito es adueñarse del poder para entregarle a las empresas transnacionales las riquezas de nuestro país, contra un sistema contrario a los intereses y pretensiones del imperio gringo. Eso por supuesto lo entendemos todos aquellos que no estamos cegados por ese fanatismo perverso que lleva a la mayoría (casi todos, por no decir todos) de los opositores a este proceso revolucionario a defender y colocarse al lado de lo que venga del imperio norteamericano, sobre todo los dirigentes.

El gobierno revolucionario no ha encontrado la fórmula para derrotar al enemigo más peligroso que tiene: la guerra mediática. Ministros van, ministros vienen y en una especie de enroque trae de nuevo a alguien que ya ha pasado por el despacho de información sin pena ni gloria. No tengo nada en contra de Ernesto Villegas. Al contrario, me parece un excelente periodista, pero hasta allí. Mi pregunta es: ¿por qué Maduro insiste en colocarlo en un puesto donde no ha dado muestras de los conocimientos necesarios para enfrentar la guerra mediática?

Villegas se muestra como un individuo carente de imagen y prestancia comunicacional. Resulta incómodo verlo en cada trasmisión realizada por el presidente Maduro. Luce como uno más del grupo, limitándose solo a leer los mensajes en el celular y hasta en los boletines carece del dinamismo necesario para hacer llegar información convincente de los logros del aparato estatal, lo cual deja mucho que desear, lo que denota una falta de asesoría de imagen del equipo que lo secunda.

El gobierno necesita un ministro con garra y el conocimiento con la capacidad de combatir la guerra mediática y que marche al unísono con Conatel, que se ha convertido en un organismo poco funcional y que ronca cuando el presidente hace un alerta.

Por su parte, la derecha le lleva una morena en lo que a comunicación se trata y cada día busca mecanismos para llevarle la delantera al gobierno en esta guerra. En la Universidad Central, por ejemplo, están dictando cursos de locución cuyos contenidos se enfilan a promover las actividades de la derecha y si usted se inscribe en dichos cursos y se sospecha que no comulga con la derecha está raspado. Sin embargo Conatel no ha tomado cartas en el asunto.

Igualmente la programación, tanto radiofónica y de la mayoría de los canales de televisión son de evidente acondicionamiento y distorsión de la mente de los ciudadanos y enfilan sus editoriales e información a un ataque sistemático al proceso bolivariano, algunas veces de manera subliminal y otras directamente.

Así mismo considero un acierto el enfoque del periodista Walter Martínez en el programa Los Domingo con Maduro, en torno a la política comunicacional del gobierno, que no logra su fin último, que es llevar un mensaje claro al pueblo venezolano acerca de los logros del gobierno revolucionario.

Las palabras de Walter Martínez, cuando señala que: «la mejor comunicadora es la gallina que pone el huevo y luego cacarea y en esta guerra tenemos que poner muchos huevos y saberlo comunicar”, queriendo indicar con esto que la guerra mediática no es cuestión de improvisados, si no de verdaderos artífices de la comunicación, es una verdad insoslayable.

Si no se toma en cuenta la seriedad de este planteamiento, al gobierno le resultará muy difícil ganar esta batalla.

Hermo Rosales

aporrea.org

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