La inseguridad y el miedo se están volviendo cultura en Venezuela

Pistoleros abordaron a dos hombres que caminaban por la solitaria vía principal del sector para propinarles sendos balazos a cada uno
El daño social ha menguado cada vez más a los venezolanos.ARCHIVO

La inseguridad en la sociedad venezolana se ha convertido en un elemento tan común, que es una tarea casi imposible encontrar en un grupo de personas a alguno que no haya sido victima del hampa que azota al país.

Sin distinción de edad o clase social, niños, jóvenes, adultos y ancianos, son cada día víctimas de estos episodios en el que uno o más antisociales utilizan el psicoterror, o en el peor de los casos la violencia, para despojarlos de sus pertenecías. Convirtiéndose esto en una situación que empieza a parecer un ciclo de nunca acabar.

El sociólogo Eloy López, egresado de La Universidad del Zulia (LUZ) señala, que uno de los factores que ha servido de base y ha abonado el terreno para que la delincuencia prolifere es la alta impunidad que tienen los malhechores al cometer sus fechorías, consecuencia de “la incapacidad de los organismos nacionales y regionales encargados de preservar la seguridad de la ciudadanía, de hacer valer la justicia y las leyes frente a este flagelo, que afecta a todos los estratos sociales sin excepción y ha degradado terriblemente la calidad de vida del venezolano promedio”.

Y es que indagando en el origen del problema, se observa que aquel perfil del venezolano alegre y trabajador por el que eran conocidos los residentes de este país en el mundo se ha visto abruptamente reprimido debido a la terrible administración social que se ha mantenido en los últimos años. “El altísimo costo de la vida, la cada vez más notoria falta de oportunidades y la crisis institucional de los organismos públicos, incapaces de dar respuestas que ayuden a atacar eficientemente las raíces de todo el problema, han hecho que mucha gente asociada o no a prácticas delictivas se haya volcado a ellas con más ahínco”. Señala López.

Además, advierte que en las condiciones actuales, los expresidiarios están muy propensos a volver a delinquir, estableciendo así al sistema de seguridad como un callejón sin salida al cual cada vez se suman más elementos. “Es difícil que tengan oportunidad de regenerarse si salen de la cárcel y se encuentra con esta avalancha de problemas. Sobre todo si tienen a otras personas a su cargo que dependan de ellos”.

Una famosa frase reza que “lo material se recupera”, y aunque en Venezuela esto parece un chiste, lo cierto es que el daño más grave que está sufriendo la sociedad es en la percepción de lo que es normal y lo que no. “Las personas se van acostumbrando a la noción de que no hay lugar seguro, que uno sale de su casa pero no sabe si regresa o si vuelve con todas sus pertenencias, que en cualquier lugar te puede pasar algo malo y nadie responderá por eso. Esto va generando una percepción de la realidad que puede arraigarse a través de generaciones. Lo que antes nos parecía alarmante, va pasando a formar parte de lo cotidiano. Los niños que están creciendo ahora mismo y están en proceso de desarrollo y formación, comienzan a descubrir el mundo asumiendo este escenario como algo común” Agrega.

Lo cierto es que el daño social ha menguado cada vez más a los venezolanos. Los que aún cuentan con un poco de poder adquisitivo se vean obligados a permanecer en la situación de miseria que impera en el país por temor a ser victimas de la delincuencia. “Mientras se convierte en un hecho cada vez más socialmente aceptado que comprarse un celular es un privilegio, que comprar comida es un lujo, que adquirir un carro o una casa son ya metas inalcanzables para la gran mayoría, y que quien logre obtener estas cosas se pone automáticamente en riesgo de convertirse en blanco de las mafias, la gente se va poco a poco absteniendo de vivir una vida digna en pro de intentar preservar su tranquilidad y su propia vida” declara el especialista.

A pesar de que la situación lleva años agravándose, y mientras los organismos de seguridad se hacen de la vista gorda, los venezolanos se encuentran lejos de avistar la luz al final del túnel, por lo que, cada día miles de inocentes continuaran siendo victimas del hampa, y los que no, seguirán dando cada paso con el temor que impera en las calles de cruzarse con un antisocial, solo esperando regresar a casa con sus familiares sanos y salvos al final de cada día. “Ahora más que nunca hay un largo y muy difícil trabajo por hacer. De lo contrario, estamos condenados a presenciar cómo la falta de valores, de conciencia y de moral terminan de destruir lo que aún es rescatable de una sociedad en pleno proceso involutivo, y recuperarnos de eso será casi imposible”.

Angel David Quintero

@AngelDQCCS

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