El creciente boicot coloca a Google en una situación que amenaza con costarle cientos de millones de dólares.
La popularidad de YouTube se deriva de su enorme archivo de videos para todo público. Pero tal diversidad es lo que ha ocasionado que los anuncios aparezcan junto a videos que las empresas encuentran de mal gusto.
A principios de la semana, Google prometió incrementar sus esfuerzos para bloquear anuncios en videos «de odio, ofensivos o discriminatorios». Pero hasta el momento, esa promesa no ha satisfecho a AT&T, Verizon y otros anunciantes.