Google se conforma con hacer máquinas «menos tontas»

La inteligencia artificial empieza a demostrar su vasto potencial, pero el escenario en el que las máquinas superen al ser humano es lejano, ya que la tecnología está en una fase aún primitiva, es falible y su funcionamiento resulta un misterio incluso para propios creadores.

«A veces nos conformamos con poder hacer a las máquinas un poco menos tontas. Porque Alpha Go -la máquina de Google que ganó al campeón mundial de go- es muy buena jugando al go, pero si juegas a la brisca le das una paliza», explica el ingeniero de aprendizaje profundo de Google, Sergio Guadarrama.

El experto destaca que la inteligencia artificial ya ofrece «mejoras sustanciales» de procesos, productos y servicios de áreas tan diversas como el arte, la medicina, la justicia o el medio ambiente, pero insiste en que solo ha dado «pasos iniciales» y necesita evolución.

Guadarrama trabaja en aprendizaje profundo («deep learning»), una rama de inteligencia artificial en el que la máquina aprende a partir de ejemplos (un caso: detecta cuándo en una imagen aparece un perro, tras analizar millones de fotos de perros) y elabora por sí sola patrones cada vez más complejos

El concepto de inteligencia artificial se acuñó hace décadas, pero ha experimentado un «boom» en los últimos cinco años gracias a tres factores: la potencia de computación, la ingente cantidad de datos disponibles y los nuevos algoritmos.

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