Eloy López, sociólogo: “Protestas tienen un desenlace incierto”

Cada vez son mayores las represiones que sufren los manifestantes, que con coraje singuen saliendo a las calles
Cada vez son mayores las represiones que sufren los manifestantes, que con coraje singuen saliendo a las calles

En el 2014 Venezuela fue testigo de cientos de protestas que sirvieron como una muestra de coraje y descontento que sirvió como una ventana al mundo para dar a conocer la problemática que atraviesa el país, dejando un saldo de más de 40 fallecidos, en su mayoría de oposición. Sin embargo, en las manifestaciones vividas en las últimas semanas se ha visto a un pueblo enardecido que ha seguido adelante a pesar de las represiones cada vez más violentas en su contra.

El sociólogo Eloy López explica que estas nuevas protestas “responden a un proceso de descontento que se viene gestando y ha venido evolucionando desde hace tiempo, y ha encontrado su punto de explosión recientemente”.

No obstante muestra su preocupación sobre la intensidad que se vive en cada manifestación. “Lo más preocupante de este contexto violento es que está ganando rasgos cada vez más bélicos, donde es observable un grado de violencia cada vez más frontal, y esto es muy peligroso porque, de sostenerse en el tiempo y recrudecerse, eventualmente podría transformarse en un conflicto armado de dimensiones mucho mayores”.

Para el experto son muchas las razones que han generado que los venezolanos salgan todos los días a las calles a pesar de las crueles represiones por parte de los cuerpos policiales, guardias nacionales y colectivos armados. “Por un lado, los grandes padecimientos y necesidades que la crisis ha generado en la población que persisten y se complican cada día más, la presión internacional, la postergación de las elecciones regionales, un referendo presidencial truncado y por otro lado una posición totalmente férrea e inflexible de represión por parte del gobierno al no permitir que la gente se manifieste”.

La suma de todos estos factores ha desembocado en la realidad que se viven en la actualidad que ya ha dejado un saldo de más de 30 fallecidos. “Los ciudadanos han estado sufriendo mucho, de maneras a las que no estaban acostumbrados en el pasado, y ante la ausencia de soluciones o respuestas satisfactorias durante un tiempo demasiado prolongado, es lógico que esto genere reacciones ofensivas. Nadie quisiera poner en riesgo su vida, pero ante un descontento cada vez más generalizado, es de esperarse que por algún lado reviente la soga. Es por ello que muchos sienten que ya no tienen nada que perder, y no les importa salir a protestar aún a sabiendas del riesgo al que se exponen”.

Por ende el sociólogo ve con preocupación que los efectos causados por los enfrentamientos puedan agravar aún más la situación del país. “Cada acción que se ejerce en las calles o en las plazas tiene no solo efectos colaterales muy nocivos que se traducen en daño social, sino también, un costo económico y moral que no hace más que degradar aún más la ya maltrecha calidad de vida de los ciudadanos”.

Además, aprovechó para referirse a los hechos de violencia aislados que se han generado durante las fechas de concentraciones. “En estos escenarios donde impera el desorden, los antisociales, ajenos o no a los motivos del conflicto, ven una oportunidad perfecta para efectuar sus fechorías. De ahí la gran cantidad de saqueos, robos, vandalismo, pérdidas materiales, destrucción de espacios públicos y víctimas fatales inocentes que se han reportado desde que iniciaron los enfrentamientos”.

En la ciudad capital se está viviendo una atmosfera de tensión, que cada semana en los días de las manifestaciones paraliza casi por completo las actividades y agrava la situación. “De mantenerse esta atmósfera hostil, no solo es probable que muchos padres ya no quieran enviar sus niños al colegio por ser muy peligroso, sino que muchos sitios públicos podrían convertirse en campos de batalla, y caminar por la calle se volvería más riesgoso de lo normal, así como hacer cualquier diligencia en cualquier sitio. El grado de ingobernabilidad de las autoridades está quedando en evidencia más que nunca, ya que no han sido capaces de ofrecer ninguna clase de garantías a los ciudadanos por los riesgos que de esta situación se derivan”, agregó.

Para López el desenlace de esta problemática es incierto y dependerá de los muchos elementos implicados “Todo depende de varios factores, pero especialmente de la manera en que sigan manteniendo su ofensiva las personas implicadas, tanto de la sociedad civil como de los cuerpos de seguridad. Además, está la presencia de las conocidas guerrillas urbanas (colectivos)”.

Mientras que otro factor fundamental será “la presión internacional. En este sentido, cada país está procurando fijar posición definitiva frente al problema y eso ya no ha supuesto simplemente la emisión de opiniones oficiales por parte de voceros, sino decisiones diplomáticas como los más de nueve embajadores internacionales que han sido retirados del país por sus naciones, y la reciente decisión del Presidente de retirar a Venezuela de la OEA”.

Para el especialista pueden surgir dos escenarios que se podrían estar viviendo en las próximas semanas. El primero sería “enfrentamientos a un grado mucho más serio y trascendental de violencia, en el que la población en su totalidad se vería seriamente afectada”. Y el segundo sería el anuncio de elecciones regionales que servirían para “calmar los ánimos, desviar la atención general, reducir gradualmente el ritmo de los enfrentamientos y conseguir reconquistar un punto de relativo orden, tal vez de forma transitoria, hasta ver qué ocurriría después de efectuados los comicios” sentenció.

Angel David Quintero

Salir de la versión móvil