El trabajo, publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, analizó los hábitos de más de 5 mil niños canadienses.
Se encontró que quienes bebían leche que no fuera de vaca solían medir media pulgada (1.27 centímetros) menos que los demás.
Aunque el estudio no afirma que la responsabilidad radicaría directamente en la leche, se plantea que el contenido nutricional en los distintos sustitutos de la leche sí varía.
“Es razonable plantear la hipótesis de que algunos no aportan a los niños tanta proteína, grasa y otros nutrientes”. Así lo comentó el doctor Jonathan Maguire, pediatra en el Hospital de St. Michael, en Toronto, y líder de la investigación, en declaraciones retomadas por el portal médico HealthDay News.
Erin Corrigan, dietista registrada en el Hospital Pediátrico Nicklaus, en Miami, coincidió con lo planteado por Maguire. “Con la excepción de la leche de soya, otros productos (no lácteos) casi no contienen proteína”, dijo.
Y agregó: “Respecto a la grasa, la leche de coco tiene una cantidad relativamente más alta. Pero muchas alternativas para la leche de vaca contienen poca grasa, lo que podría estar bien para un adulto, pero no para un niño pequeño. El calcio de las alternativas de la leche por lo general no se absorbe igual de bien que el calcio en la leche de vaca”.
Por ello, recomendó que si los padres quieren que sus hijos sigan una dieta más restringida (vegana o de otro tipo), pueden hablar con un especialista en nutrición pediátrica para asesorarse.
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