De la tacita de plata a las puputov

"Cualquiera se queda en su casa si le cierran todas las calles con barricadas, y de paso sale gente armada a resguardar esas barricadas..."
«Cualquiera se queda en su casa si le cierran todas las calles con barricadas, y de paso sale gente armada a resguardar esas barricadas…»

Las plazas dejaron de ser visitables, el olor a basura quemada, el aire lleno de gas lacrimógeno, las calles llenas de escombros y bolsas de basura le dan al municipio Chacao un ambiente de abandono y desidia

Hoy nos toca recordar con melancolía aquel Municipio Chacao de 1993 a 1998. Los sueños de Irene Sáez de convertir el municipio que regentó, en una sucursal de Hollywood, todo limpio e impecable. Con la policía creada por ella, atenta a las necesidades del municipio y sus habitantes, se podía salir a la plaza, y pasear las mascotas, sin necesidad de ensuciar las calles con sus heces, ya que ella había mandado colocar depósitos especiales para que los dueños de mascotas recogieran el excremento. En cada esquina conseguíamos mapas de ubicación, y aunque el municipio es literalmente pequeño, ella le ponía esos pequeños detalles, ideas traídas desde afuera, que muchos criticaron, por creerlo exagerado, pero le daba un toque de distinción. Por las navidades era un gusto visitar la plaza Altamira. De hecho se había vuelto una costumbre navideña, decorada maravillosamente, niños, jóvenes adultos y ancianos por las calles, sin correr ningún peligro porque la policía municipal estaba atenta a cualquier eventualidad, cosa que nunca ocurría.

Total que los años pasan, los políticos cambian y los sueños de Irene se esfumaron con ella. La Plaza Altamira se convirtió en un refugio de disidentes primero por militares, opuestos al gobierno de Hugo Chávez. Allí permanecieron por largo tiempo, junto a simpatizantes de la oposición y beatas que levantaron un altar junto al obelisco y mientras ellas rezaban, abajo se escondían militares armados hasta que el 6 de diciembre de 2002, un pistolero llamado João de Gouveia arremetió contra la concentración asesinando a 3 personas e hiriendo varias personas más. Desde entonces, el municipio Chacao ha ido cuesta abajo, los vecinos son víctimas de los manifestantes en contra del gobierno, la plaza sirvió como cementerio simbólico, han destrozado todo lo que hay a su alrededor. Chacao, por su parte, luce lleno de basura por todos lados, los pisos manchados, las aceras pintadas, las separaciones de seguridad fueron arrancadas para ser usadas como barricadas. La policía atenta de entonces ahora le sirve de guarda espaldas a los guarimberos, ayudándolos a trancar las calles, se defecan en las calles, y han convertido al municipio en un pueblo sin ley. Los habitantes, aún cuando la mayoría es opositora, están presos dentro de sus propias casas. Los comerciantes están obligados a cerrar sus comercios, porque en su iracundia arremeten con todo lo que se les atraviesa y atentan contra las vidas de todos.

De aquel Chacao bonito y limpio solo quedan cenizas, porque todo lo han incendiado. Las plazas dejaron de ser visitables, el olor a basura quemada, el aire lleno de gas lacrimógeno, las calles llenas de escombros y bolsas de basura le dan al municipio Chacao un ambiente de abandono y desidia.

Se vanaglorian los políticos de oposición de mantener a Chacao y otras urbanizaciones del este de Caracas bajo el terror de sus pupilos, manteniendo secuestrados a sus propios vecinos, y luego dicen que el pueblo los apoya. Deberían hacer encuestas, para que escuchen lo que piensa su propia gente, pero a esas declaraciones públicas ellos sí le tienen miedo. Por eso se inventan esa consulta interna, y se colocan ellos mismos sus cifras. Si hay alguien a quien le da miedo medirse es a ellos mismos. De no ser así por qué recurren a la violencia en vez de contarse en la Constituyente. Dicen haber tenido éxito en un paro convocado este jueves 20 de julio, pero no fue un paro voluntario, fue un paro obligado, para aquellos que lo acataron. Cualquiera se queda en su casa si le cierran todas las calles con barricadas, y de paso sale gente armada a resguardar esas barricadas, y al que sale les destruyen los carros. ¿Qué de cívico tiene esa actitud?

Por otro lado, los dueños de centros comerciales, como Salomón Cohen, se apegaron al paro, obligando a los dueños de los comercios dentro del centro comercial a no abrir, pero les aseguro que no les perdonará el mes de alquiler, por todas las veces que estos señores se ven obligados a cerrar. No cierran voluntariamente, no se apegaron al paro cívico, porque simplemente no fue cívico; los obligaron a cerrar. ¿Es eso a lo que llaman democracia? En las condiciones que hoy luce Chacao, la antigua tacita de plata, es como quieren dejar el país. El que tenga ojos que vea, porque hacerse el ciego no cambiará el destino de las cosas.

Zonia Linares

aporrea.org

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