Ese acto de rebeldía llamado  “una taza de café en Franca”

Columna semanal de Gabriel Balbás

Cada mañana tengo un acto de rebeldía con mi presupuesto, con los horarios complicados, y por sacarle la mejor cara a la caótica Caracas que parece no dar tregua… Invitar un café, o tomarse un café fuera de casa, implica muchas cosas más allá del simple hecho de ingerir una bebida servida en un recipiente de arcilla o porcelana.  El café es un momento donde pasan muchas cosas; una especie de burbuja en la que los participantes se internan, mientras se distancian del mundo y las realidades que les rodean. En estos tiempos de convulsión política se escucha con frecuencia aquello de “Preservar espacios” Una convicción de que los terrenos ganados no pueden abandonarse. Pues bien,  el momento del café también es un espacio – uno muy personal por cierto – en el que invertimos tiempo en nosotros mismos, y en compartir con las personas con las que generamos algún tipo de vínculo. Por eso es importante ese acto de rebeldía que significa “preservar el espacio” para un buen café diario.

Franca está ubicada en Caracas

La hora del café abarca muchas cosas: desde desmechar el país, drenar los males que nos aquejan, reír de cualquier tontería, hasta trazar metas futuras. Todo eso, y más se entreteje en torno a una cosa tan simple como el café.  Por lo que en estas instancias de país, en Venezuela tomarse una buena taza de café es una proeza. De todo lo anterior se desprende mi aprecio por aquellos lugares que nos brindan espacios para disfrutar una buena taza de café, un momento agradable, y que nos hacen salir con una sonrisa. Esos sitios donde todavía se consigue a ese venezolano de trato amable, que sabe preparar el café sabroso, que le echo un cerro de bo… para conseguir azúcar para endulzarlo, y que de paso te puedes dar el lujo de pagarlo. LAS MAÑANAS SON DE FRANCA Quienes me conocen saben que soy ritualista, repito las cosas que me gustan pero sin que esto se considere rutina.  Desde hace meses mis días comienzan yendo al gimnasio y despertar la mañana con un café de franca. ¿Cómo lo pido? Latte (o tetero),  porque realmente yo soy amante del café como momento, no de la bebida en sí. Así que me gusta una taza suave y con bastante espuma.  En FRANCA coffe cakes de Los Palos Grandes (Caracas) tienen el punto exacto de ese café que a  mí me gusta: La taza que sea más leche que café, el trato amable, y mesas para conversar (aunque sea con uno mismo). EL ESPACIO Realmente no es el sitio más espacioso, pero aún así es muy agradable. El aire acondicionado ¡A todo mecha! Se agradece en una calurosa Caracas.  En esta tienda también tienen un globo terráqueo, que me ayuda a dar rienda suelta a mi imaginación; me la paso armando rutas de viaje, imaginando como son muchos países que desconozco, y  memorizando capitales de África. Todo eso me extrae de nuestra – no muy agradable – realidad, al  menos por un rato. LAS TEACAKES Las teacakes, literalmente, son tortas de té. No llevo claro cómo le agregan el té a la mezcla, pero si les puedo asegurar que son deliciosas, enviciantes y vistosas.  Las hay de té verde, que se caracteriza por una cobertura verde pastel; de té negro, con cobertura blanca en la que reposan hebras de té; y la de cobertura rosada es de infusión de Jamaica.  Aunque sean tortas de té, son –irónicamente- el acompañante ideal para una buena taza de café.

Increíbles tortas

DE ZANAHORIAS TAMBIÉN HAY Más allá de las de té, que son mis favoritas, también hay un menú de suculentas opciones.  Está la tradicional de zanahoria (con bastante merengue); la de frutos secos, la de chocolate con más chocolate, la de chocolate y vainilla, la de cambur…  Todas realmente son muy sabrosas, y explican por qué este lugar se llama “FRANCA COFFEE CAKES”, porque aquí se viene a tomar café y a comer tortas… bueno y a echar cuentos, que eso viene implícito con lo anterior. LOS BISCOTTI En mi diccionario personal, los biscotti son la versión italiana de la panelita de San Joaquín, las cuales uso para mojarlas en el café y satisfacer mi glotonería. Pero en realidad estos biscotti son bizcochos a la manera toscana, donde una vez  horneada, la torta se rebana y estas lonjas se vuelven a llevar al horno hasta que quedan bien crocantes.  La otra opción son las galletas, que en FRANCA tienen un toque de “no sé qué” que las hace peculiarmente sabrosas. SOLO POR NAVIDAD                  Desde finales de octubre, y solo por temporada navideña, al menú de acompañantes para el café de FRANCA se le suma su célebre pan de jamón; famoso por su masa semi-dulce, lograda con la adición de toques de miel y  cacao.   Esponjoso, con aceitunas picadas finamente, bastante jamón de calidad, y unas cuantas pasas (que yo les saco por manía).  El pan de jamón de FRANCA está en el top de mis platillos navideños favoritos, y es de los poco que acompaño con café y no con Coca-Cola… REBELDÍA ¡Con el entorno! En estos tiempos que cuesta conseguirle lo bueno al país, hacen falta lugares y momentos para relajarse, reflexionar y continuar. Gabriel Balbás / Mochilero Gourmet / @GabrielBalbas       

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