El estado Bolivariano de Miranda, destaca por albergar múltiples expresiones culturales y religiosas que representan el sentido de pertenencia de cada población, una de estas manifestaciones es la celebración al niño Jesús de Petare, patrono de esta localidad mirandina.
Por esta razón, los petareños preparan diversas actividades recreativas que se desarrollan en el Casco Histórico de Petare en homenaje a su santo patrono, luego de su bajada del templo donde habita durante el resto del año para recorrer las escuelas de la comunidad.
Asimismo, la comunidad petareña acude como cada año a la misa solemne que se realiza en las instalaciones de la reconocida Iglesia Dulce Nombre de Jesús para luego acudir a la sagrada eucaristía.
Cuidado especial
Como en toda tradición religiosa, las imágenes consagradas cuentan con diversas personalidades que se encargan de cuidar y proteger de las mismas. En el caso del Niño Jesús de Petare, dispone de las atenciones de su propia “nana”, se trata de la señora Amelia Rodríguez, quien lleva 46 años ejerciendo la noble labor de cuidar sus vestuarios, limpiarlo y proteger las ofrendas.
Aunque Amelia no es costurera profesional, se encarga de coser los trajes de la imagen a la medida, diseñándole medias y zapaticos. El Niño Jesús de Petare tiene 23 trajes, agrupando los de diario y los elaborados para ocasiones especiales que la septuagenaria va cambiando según los colores litúrgicos de la iglesia.
Historia en el tiempo
La pieza del Niño Jesús de Petare está esculpida en bronce y estaño, mide 70 cm y pesa 30 kg con un origen que data de 1650. Esta representación del patrono de Petare, ha estado en manos de muchas familias que se han encargado de su protección y preparación festiva.
Un dato interesante, es que la imagen del Niño Jesús de Petare durante el recorrido va acompañada por un grupo de niños de la comunidad, quienes le piden a su patrono salud y curaciones.
Prensa Gobernación de Miranda/Corpomitur/María Gabriela Abreu