Ni se compra ni se venden automóviles en el país con la gasolina más barata del mundo. En Venezuela, más que producir, se ensamblan vehículos y siendo una industria a imagen y semejanza del rentismo petrolero, la baja en ingresos de divisas tiene como consecuencia la caída de la producción, venta y compra.
La crisis ha hecho que los dólares preferenciales que el Estado adjudicaba a las automotrices en época de bonanza petrolera se acabaran. Ahora las divisas que ingresan al país se destinan a productos de primera necesidad, que igualmente escasean. Y es que a partir del año 2013 empezó un declive que se acentuó en los años posteriores y que promete continuar en 2018.
En caída y sin frenos…
Las plantas de la zona industrial de Valencia, que concentran el 75 % del ensamblaje de vehículos en Venezuela, se encuentran vacías. De los 11.000 trabajadores directos, apenas 2.000 están activos, según los sindicatos.
Para el año 2015 Ford en convenio con el Estado comenzaría a vender sus vehículos una parte en dólares y otra en bolívares, con el fin de generar sus propias divisas para mantener la industria activa. Para la fecha de dicho convenio, el presidente de Conindustria, afirmó que los compradores deberán justificar la tenencia de las divisas, para evitar el blanqueo de capitales. Aclaró que no se esperaría un número importante de ventas a través de ese mecanismo debido a la dificultad para acceder a las divisas.
Simulación Económica
“La dolarización no tiene que ser un decreto o una ley, puede ser espontáneamente en una situación de caos, como lo estará próximamente Venezuela debido a la hiperinflación” José Luis Cordeiro, especialista en Economía y Finanzas.
Así mismo aseveró que se puede dolarizar muy rápidamente Venezuela como solución mediata a la presente crisis.
“Actualmente están dolarizados los egresos pero no los ingresos. La idea es que circulen abiertamente los dólares, lo que efectivamente sí está ocurriendo pero de manera escondida, porque en Venezuela hoy se negocia, por ejemplo, la venta de carros, alquileres de apartamentos y compras de locales, en dólares”, dijo.
Por su parte Luis Rivero, ejecutivo bancario plantea que “La realidad es que no hay carros nuevos que comprar, y los usados los venden en dólares, la producción de la industria automotriz prácticamente desapareció. Tampoco hay importaciones y a eso añádele que la clase media tiene serios problemas para cubrir gastos de alimentación, educación y salud. Por eso el crédito para vehículos es una especie en extinción”
Este es el lamento más escuchado en cualquier sector de la economía de un país poco preocupado en producir, mientras el petróleo le proporcionaba todo.
Esperanza como modo de subsistencia venezolana
“Aunque a corto plazo aumentarán los ingresos por petróleo, difícilmente el gobierno destine esas divisas de nuevo al sector automotriz, si continua la escasez de alimentos y medicinas (…) la inflación ha destruido el poder adquisitivo en Venezuela, plantear la dolarización total de la economía es la solución inmediata a la crisis, pero bueno como comerciantes procuramos que las personas decidan qué moneda desean utilizar, esto como solución a corto plazo” afirma Adolfo Perez, comerciante automotriz del estado Miranda.
En una economía con muy pocos vendedores y muy pocos compradores, donde sólo quienes tienen dólares o suficientes bolívares pueden acudir al mercado negro de divisas para comprar un automóvil, vienen a ser los pocos concesionarios que aun sobreviven, quienes le ofrecen al venezolano una opción de compra, venta o consignación.
Un ejemplo de esto es el concesionario Texas Cars c.a. ubicado en el Km 18 de la Carretera Panamericana, La Carbonera en el municipio Carrizal, que busca subsistir en medio de la crisis del país, adaptándose, reciben vehículos usados, como parte de pago o trabajan en mantener una gran variedad de carros para la elección del cliente, así mismo ofrecen distintas formas de pago a comodidad y beneficio del comprador.
Estefani Capote Fuenmayor