El debate político es hoy nuestro pan de cada día, no hay lugar donde no se desarrolle una conversación protagonizada por la frase «esto está cada día peor» o por el famoso «algo tiene que pasar». Dos expresiones que retumban a diario en la cabeza y el estómago del venezolano, frases ciertas pero que no generan acción sino por el contrario un profundo sentimiento de frustración.
Nos hemos acostumbrado a hablar desde «alguien tiene que hacer algo» y no desde el «TODOS tenemos que hacer algo» para salir de la crisis.
No hay duda de que para que haya cambio económico y social debe necesariamente concretarse el cambio político, pero ¿mientras eso ocurre, qué? ¿Nos quedamos en el discurso de la inacción o sumamos esfuerzos para afrontar problemas diarios y cotidianos que el gobierno nunca jamás podrá solucionar?
Cambiar el chip de sociedad dependiente del Estado, por el modelo de sociedad colaborativa es el primer paso para la salvación nacional, un nuevo modelo en el que todos seamos actores activos en la solución de los problemas más inmediatos. ¿Cómo? A través de la tecnología, ese recurso al que tenemos acceso, aún en crisis, y que poco tomamos en cuenta quizás por lo abrumador de la situación país.
En un país polarizado se posiciona el debate: dictadura vs democracia, votar o no, comprar comida vs comprar medicinas, sin embargo, es necesario llevar a la par el debate de la tecnología como herramienta para hacer la crisis más llevadera o salir de ella, de lo contrario el atraso que va a experimentar la sociedad venezolana será verdaderamente irremediable.
Decía John Lennon que la vida es todo lo que pasa mientras haces un plan, en el caso venezolano la vida es todo lo que pasa mientras hablamos de los problemas. Es la hora de liderazgos emergentes que hablen, actúen y hagan de los venezolanos agentes activos para el cambio.
Edgar Laya
