Acumula medio siglo de experiencia en el arte de la danza y aunque desde hace dos décadas se dedica a formar nuevas figuras en esta intensa disciplina, aun no cuelga sus zapatillas. “Cada vez que puedo bailo”, admite entre risas Laura Hidalgo de Lugo, quien a diario dirige hasta cinco clases en su reconocida academia en San Antonio de los Altos.
“¡Atentas, manos a la cintura!”, ordena la mujer al grupo de 12 niñas que esperan en silencio su turno para ingresar al salón de baile e iniciar su entrenamiento diario. Suena la música, Laura las observa en silencio, mientras que uno de los profesores de la academia corrige pasos y posturas.
“Antes habían cinco escuelas de este tipo solo aquí en Los Salias, hoy solo quedamos nosotros”, agrega en referencia al daño causado por la crisis que atraviesa el país, sin embargo se niega a dejar huérfano el sueño de decenas de sanantoñeras que anhelan danzar sobre escenarios nacionales e internacionales.
Hasta la fecha Laura ha formado unas 300 personas en su fundación ubicada en la urbanización Los Castores, con orgullo agrega que unas 20 ex alumnas hoy son figuras principales en el Teatro Teresa Carreño, cifra que espera triplicar en los próximos años.
La historia de Laura es similar a la de muchas venezolanas de su edad. Se inició en el mundo de la danza muy pequeña en México y llegó al país con solo ocho años de edad. Su currículo es extenso, formó parte de Danzas Venezuela, bailó para el canal de televisión Venevisión cerca de una década y formó parte del elenco de Yolanda Moreno.
“Llegué a San Antonio de los Altos hace 20 años a vivir y aquí me quede”, agrega. En esta ciudad fundó su escuela, pero también formó a niños y jóvenes de Los Teques en danza folklórica durante 10 años en el Ateneo de esa ciudad.
Su pasión por la disciplina la lleva en la sangre, recuerda que su familia amaba las castañuelas, “mi papa asistía a muchas zarzuelas y siempre estuvimos metidos en el mundo del teatro, todos mis hermanos estudiaron, unos fueron médicos y yo me preparé como bailarina”, recuerda.
Tras casarse con Ronald Lugo, quien la ayuda en la academia, tuvo una hija que, como miles de otros jóvenes venezolanos, decidió emigrar del país en noviembre del año pasado y hoy baila Ballet Clásico en Tenerife, islas Canarias.
“¿Qué dónde está el éxito de esta disciplina?: en la constancia y el trabajo duro”, se pregunta y responde Laura mientras le arregla el moño a una de las tantas niñas que llegan cada tarde a su escuela.
“Para triunfar en esto hay que entrenar todo los días y ser constante”, agrega la mujer que recorrió cientos de países representando al país. “Yo bailaba hasta 15 números uno tras el otro, las niñas actuales no tienen resistencia, bailan uno y se están muriendo”, dice entre risas.
Le duele en el alma ver como la crisis ha golpeado la cultura, “ha decaído mucho, es muy costoso, las medias, zapatillas, todo es un dineral, todo es importado, ni las telas se consigue”, reseña.
Quienes asisten a su academia pueden recibir clase de casi cualquier ritmo, danzas nacionalistas, ballet clásico, flamenco, bachata, bailoterapia, “viene gente de Los Teques y Caracas, ahora quiero abrir una escuela de tango para ver cuantos sanantoñeros se animan a bailar”.
Su pasión y entrega por más de medio siglo la convierten en la “Sanantoñera del Mes”, reconocimiento que entrega el alcalde de Los Salias, José Fernández “Josy”, a los ciudadanos que con su esfuerzo aportan a la construcción de una Venezuela positiva sin importar los obstáculos que deban enfrentar.
Daniel Murolo – Foto: Luis Sajaro