Gran parte de los músicos de Los Teques aseguran que este es el peor momento para comprar un instrumento e incluso mantenerlos por el alto costo que estos generan, afirman que es cuestión de adquisición mas no de ganas de crear.
“No es nada sencillo ni barato salir a tocar” afirma el bajista Carlos Martínez, músico de aproximadamente 6 años en la industria musical. Asegura que mantener un instrumento como un Bajo equivale a un gasto entre 40 a 50 millones mensual solo para el cambio de cuerdas.
Martínez ve la movida musical un poco apagada. Da por solución “Seguir haciendo música y compartirlo mientras aún exista gente que quiera escuchar y crea en esto”. Hace referencia a 5 años atrás donde explica que se podía ensayar en los mejores estudios de Caracas como lo fueron: Rock And Folk, Audioline, Maxiestudios pero hoy en día tuvieron que cerrar sus puertas.
“Una madre difícilmente podría darle un instrumento nuevo a su hijo” afirma el guitarrista Miguelangel Azzollini con 7 años de trayecto musical. Asegura que si se llega a dañar una cuerda u ocurre algún tipo de problema con su guitarra le resulta complicado repararlo ya que quedan pocos especialistas en el país. “El precio de las cuerdas da miedo, quedan muy pocos luthiers en el país” aseguró.
La tienda de Música “Akasha Music” en Los Teques afirman que ya no se consigue casi nada y que actualmente se vende muy poco, lo más vendido son cuerdas y libros. Aseguran que han tenido dificultades pero nunca como se está viviendo actualmente.
Aldea Café en Los Teques ha sido uno de los espacios donde abren las puertas a propuestas musicales, aseguran que la movida musical actualmente ha decaído. “Ya no hay tantos chamos que toquen por ahí o que quieran tocar por el tema de los costos de instrumentos” afirmó el encargado Armando Labarca. “De estas cosas malas salen muchas buenas”, se consideran parte de la solución.
“Promover la movida cultural, expandirnos y ampliar mentes” afirmó Neyker Peroza (empleado de Aldea Café), dijo que no es sólo de un género sino de un objetivo que era que las personas despierten y abran paso a la música junto con sus talentos. “Aquí hay talento, lo que no hay son los recursos” aseguró./
Ana Gabriela Saá