Alumnos del Paraguay solo ven media jornada de clase y comen solo arroz y caraotas

Alumnos del Paraguay solo ven media jornada de clase y comen solo arroz y caraotas

“Nada más le dan de comer arroz y caraotas y solo reciben media jornada de clases diaria”, reclamaba la mañana de este miércoles una de las representantes de los alumnos de la UENB República del Paraguay, ubicada en la capital mirandina, tras realizar una asamblea frente a la institución para denunciar la precaria situación de la escuela.

Denunciaron que la directora de la institución –Diana López- ordenó al portero no permitirles el ingreso a los padres y representantes, obligándolos a realizar la reunión en plena vía pública. Apuntan que los docentes denuncian que la referida directora se niega a escuchar sus peticiones y suele mal interpretar sus demandas.

“Siempre han estado abiertos al diálogo y la conciliación para que se generan mejoras  las mejoras en la institución”, apuntó una de las madres, agregando que al no tener información fueron los mismos maestros quienes decidieran llamar a una reunión de padres y representante con el objetivo de informar la crítica situación.

Reiteró que solo están trabajando media jornada diaria, es decir, de 7:30 de la mañana a 12:00 del mediodía, cuando las clases deben ser hasta las 3:20pm, por lo que los niños y adolescentes quedan sin supervisión más de tres horas en la cancha de la escuela.

Al igual que el resto de los maestros mirandinos, los del Paraguay claman por mejoras en su contratación colectiva y califican como “sueldos de hambre” el salario que reciben, muchas veces con retraso, por parte del Gobierno Nacional.

Aclararon que las acciones tomadas buscan mejorar sus sueldos y exigen que sus reclamos no sean politizados. “No hay nada en la escuela, son los representantes quienes colaboran con limpiadores y artículos para las aulas, los maestros no pueden quejarse por los amenazan y la directora no hace asambleas para no tener que responder a las preguntas de los padres”, puntualizó otra de las madres.

Daniel Murolo

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