Wilexis: el todopoderoso que manda con armas en Petare

Desde el 2017, Wilexis Alexander es el mandamás de una organización criminal que en 2019 domina cuatro de las 10 zonas que constituyen José Félix Ribas, uno de los barrios más grandes de Petare. Para los vecinos es visto como un Robin Hood, pero para las fuerzas de seguridad es el bandido que usa su poder para establecer una zona de paz

En el año 2017, cuando el líder de la banda que tenía el poder en José Félix Ribas fue asesinado, se generó un enfrentamiento entre los otros cabecillas para quedarse con el trono. Dos años después, Wilexis Alexander Acevedo Monasterios es quien lleva la tutela de una organización criminal que conoce todo lo que acontece, ingresa y se mueve entre la zona 6 y la zona 10 de la barriada petareña.


Ellos se metieron a la casa en la madrugada del viernes 7 de junio e hicieron desastre. Sin pedir permiso ni mucho menos perdón, los oficiales de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana se acostaron en el mueble, se comieron los helados que estaban en la nevera y también usaron el baño. En la mañana salieron como Pedro por su casa, como si violar el hogar de una familia petareña formara parte de la rutina diaria del gobierno. Que si nos ponemos a ver, lo es, pero no de esa manera. Entraron porque buscaban al Patrón, todos lo persiguen desde el 23 de enero cuando se enteraron que se le había volteado al gobierno y apoyaba a Guaidó.

Así comenzó la cacería, que paradójicamente los mismos chavistas critican: porque una cosa es defender al gobierno y otra distinta es que se metan con el Patrón, quien protege a los petareños de las injusticias de la guerra económica. Los opositores por otro lado se encuentran contrariados: en el día enfrentan al hampa pero en la noche el hampa “lucha por su país”, cayéndose a tiros con la FAES.

El cuento parece salido del siglo XIX, de eso que el historiador Elías Pino Iturrieta denominó “el país archipiélago”, una nación profundamente dividida en islas, controladas por el mandón de turno. Una de esas parcelas caudillistas es Petare en pleno siglo XXI, territorio intocable para el gobierno, dominado por la voluntad de un hombre: Wilexis Alexander Acevedo Monasterios dice su cédula, y “Wileisy” suena la jerga popular

“Wilexis está poniendo entre 10 y 15 personas, todas mujeres, en la calle que él considera que tranca el desarrollo del barrio. Su banda tiene censada a la población, a los conductores, tienen hasta el control de los transportistas que llevan el gas. Haciendo uso de ese poder, a través de una nota de voz de WhatsApp, convoca a protestar y amenaza a la mujer que no vaya de matar a sus hijos y esposos. Después que trancan la calle manda a algunos de la banda a pasar lista de quién cumplió y quién no”. Esto lo dice un comisionado de las Faes, luego de las últimas protestas que ha realizado la comunidad de José Félix Ribas con el fin de ser nombrados zonas de paz.

En lo que va de 2019 la comunidad de José Félix Ribas ha salido tres veces a protestar en contra del grupo táctico de la Policía Nacional Bolivariana, mejor conocido como las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes). El primer trancón se desarrolló el 10 de junio y los más recientes el pasado 21 y 22 de octubre, en las tres la consigna ha sido: “El hampa nos protege y las Faes nos roba”.

Las protestas en José Félix Ribas suspendieron la actividad en el barrio. Tanto en junio como en octubre las instituciones educativas de la zona cerraron sus puertas, no hubo transporte público, los comercios tampoco abrieron, y muy pocos comerciantes informales cumplieron con su jornada. Varias madres, esposas, hijas de víctimas de ejecuciones y amedrentamientos por parte del grupo policial dieron sus testimonios. “Los niños y adolescentes tienen miedo de hacer deportes porque cuando dicen por allí está las Faes les da miedo. Uno no los identifica porque siempre andan con las caras tapadas. Nosotros queremos ser una zona de paz”, denunció el pasado 21 de octubre Elizabeth Aguirre, miembro de la comunidad de de la Zona 6.

Una fuente que no quiso ser identificada, aceptó que la manifestación fue organizada por Wilexis Alexander, quién al parecer le dijo a los autobuseros que trancaran y que él les pagaría el día, si no lo hacían tenían que dejar de trabajar en José Félix Ribas. De acuerdo con el testimonio del vecino, el pran, para llevar el registro de quienes cumplieron y quiénes no, envió a algunos de sus hombres al sitio a verificar.

Otro vecino consultado también asegura lo mismo, pero destaca que tambièn han asistido vìctimas del abuso policial: “Para nadie es un secreto que las Faes hacen desastres a donde van, que roban, y asesinan sin preguntar, pero las protestas en José Félix las organiza él. En las que yo he presenciado han asistido víctimas. En la pasada estuvo una muchacha que relató cómo cuatro Faes entraron a su vivienda y le pegaron a sus hijos y también a su esposo; y cuando ella les dijo que arreglaba uñas, los cuatro se quitaron sus botas y les exigieron que les arreglaran los pies”.

Moradores aseguran que la incursión de las Faes en la barriada de José Félix Ribas inició cuando el pran reconoció a Juan Guaido luego que se proclamó como presidente encargado de Venezuela el pasado 23 de enero de 2019. Dicen que en la zona se desarrollaron guarimbas y eso llevó al hombre que tiene un cartel de “se busca” por los delitos de robo, secuestro, tráfico de drogas y homicidio a convertirse en un objetivo del grupo élite de la Policía Nacional.

Desde que tomó el poder de Josè Fèlix Ribas, Wilexis es visto como el Robin Hood de su barrio, así como Medellín veía al narcotraficante Pablo Escobar: el que le quita a los ricos y le da a los pobres, y además el que les brinda seguridad.

Un residente del sector popular, que pide el resguardo de su identidad, dice que en la zona se puede amanecer de fiesta y no pasa nada, que el que roba está muerto. “En José Félix tú sacas tu IPhone X, tu celular último modelo y nadie te lo mira, lo mismo pasa con carros y motos. En mi barrio hay más seguridad que en Fuerte Tiuna, y quien se atreve a alterar ese sistema amanece con varios tiros entre cuerpo y rostro”, dice otro vecino de la comunidad, que también pidió omitir su nombre

Wilexis tiene el mando de todo en los barrios que controla: la repartición de las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), la venta de drogas, el resguardo de los vehículos que su banda roba en la ciudad, y además también ha configurado una figura entre presidente de junta vecinal o alcalde, pues desde la zona 6 a la zona 10 no se puede hacer un evento o una jornada social sin tener su bendición. “Si alguien se atreve a planificar algo sin su consentimiento eso no va. El barrio está claro”, comenta un residente.

Habitantes de la zona señalan que Wilexis Alexander tiene a su cargo entre 150 a 200 hombres, la mayoría no pasa de los 30 años, y los más jóvenes todavía están en la escuela o entrando al liceo; a estos últimos, de acuerdo con información aportada por moradores, se les da el cargo de gariteros (custodios de territorio) que están armados con escopetas y pistolas, además de radios transmisores para comunicar al instante todo lo que sucede. “Cuando un ciudadano que no es de la zona ingresa al barrio, la banda de inmediato activa un protocolo: le piden su identificación, y le exigen contestar para dónde va o qué va hacer. La idea es hacer saber desde el primer momento quién es el que manda”, explica un vecino.

Wilexis también dirige la extorsión a los bodegueros de su zona, a quienes amenaza si no cumplen con la cuota asignada. Pone en la lista negra a las mujeres que llaman su atención, la que le corresponde sigue con vida, y vive con todos los privilegios, pero la que no, huye o tiene una bala en la frente. Un residente cuenta una anécdota: “Hace meses a Wilexis le gustó una chama, tenía menos de 20 años, pero ella tenía un novio que vivía en otro barrio. Cuando el muchacho intentó visitarla en su casa él mandó a varios miembros de su banda y lo corrieron a tiros”.

Este es el poder que tiene Wilexis, un mando que, hasta la fecha, nadie ha estado dispuesto a quitarle.


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