Para los caraqueños se convirtió en tarea normal cargar agua desde las tomas

La emergencia por el agua se puede palpar en las distintas tomas de agua, improvisadas o no, que se ubican a lo largo de toda la ciudad de Caracas y en las que se hacen colas de personas esperando pacientemente para poder llenar bidones y tobos.

Aunque muchas de estas fuentes de agua no están funcionando en este momento por los mismos efectos de la sequia y la falta de bombeo, quienes viven en Caracas hacen uso de las que aún funcionan e incluso construyen nuevas en las comunidades populares para poder abastecerse. En las colas muchos manifiestan resignación y consideran que ya se trata de “un día normal” cuando hacen estas filas para llenar sus envases y cargarlos hasta sus casas.

En la avenida el Samán, de Chacao, justo al lado de un popular restaurante de pollo, se ubica la toma de la que se surte la mayoría de los vecinos de este municipio que no cuentan con carros para desplazarse a llenaderos más cercanos.

Iván Rojas, residente de este municipio, calificó de triste el hecho de que hasta los adultos mayores deben cargar agua a diario para poder llevar una vida medianamente normal. “De lunes a sábado debo venir a cargar agua todos los días… Es que ya llevamos cuatro meses sin el suministro y estamos cansados de esto”, dijo Rojas.
Los vecinos manifiestan su indignación incluso contra la prensa al decir que “es sumar ya a la humillación” el declarar a los medios sobre la situación que viven, pues sienten que no son escuchados por las autoridades o las instancias municipales que pueden intervenir para mejorar el sistema de agua en toda Caracas.

Las colas de quienes esperan poder cargar el líquido están nutridas sobre todo de adultos mayores, y algunos han normalizado tanto la carencia del servicio que califican la acción como un pasatiempo que les permite “entretenerse”. Así lo indicó el señor Álvarez Jersundi, quien a sus 83 años ha debido habituarse a cargar en una carrucha dos bidones de agua para abastecer a su familia.

Los manantiales naturales a lo largo de la avenida Boyacá, conocida como la Cota Mil, son otra opción. Samir Sayegh asegura tener más de ocho años recogiendo agua en la vía y refiere que ahora viene mucho más, no solo por la calidad del suministro, sino por la escasez del líquido en la ciudad.

Sayegh vive en Colinas de Bello Monte y refiere que en la zona el envío de agua es deficiente y solo se dispone de él dos veces por semana. Esa es una de las razones por las que usa los llenaderos naturales.

José Hernández, vecino de El Amparo, en Catia, es otro que usa los llenaderos de la Cota Mil y refirió que en su comunidad tienen mes y medio sin servicio de agua, lo que ha obligado a los vecinos a acudir a estos espacios cuando tienen vehículo o a otros más cercanos de Catia, como Blandín, para poder recoger agua para las tareas en casa y el aseo personal.

Para Hernández, la falta de agua “es un saboteo». Argumenta que «ahora la ponen un día y la vuelven a quitar, y ya eliminaron la regulación que tenían antes. Por eso el Gobierno debe revisarlo”. El vecino desconoce que desde los apagones ocurridos a partir del primer trimestre de 2019, el bombeo en las zonas más altas de Caracas mermó de forma considerable.

Además, admitió no saber que el pasado 26 de octubre se reventaron dos tuberías matrices en la parroquia Coche de Libertador, lo que afectó a 14 parroquias de Caracas y a parte del municipio Baruta.

En su cuenta en la red social Twitter, Hidrocapital indicó que el pasado 29 de octubre todavía intentaban reestablecer el servicio en sectores del oeste de la ciudad. No obstante, en un recorrido por distintos llenaderos, El Pitazo pudo corroborar mediante algunos testimonios que gran parte de Catia, Macarao, La Pastora, La Vega y El Valle siguen sin agua.

“El viernes en la noche nos pusieron el agua solo 20 minutos, pero es que aquí el servicio nunca llega y todos tenemos que cargar el agua”, contó la señora Margarita de Estévez. Indicó que ante esta realidad, los vecinos del sector El Millo, en Mecedores, “se inventaron” una toma que, aseguran, viene de un desahogo de los tanques.

“Ahí todo el mundo agarra agua y supuestamente viene de un desahogo de los tanques. Pero así como la ves limpia, de repente sale un agua negra, toda cochina”, dijo la señora de Estévez. Destacó que cuando el líquido ha llegado este año, nunca lo hace con fuerza; por eso los vecinos de Mecedores se ven obligados a cargar agua desde este chorro improvisado.

¿Por qué no hay agua?
Aunque la crisis eléctrica de 2019 empeoró el ya deteriorado servicio de agua de Caracas y de todo el país, los especialistas coinciden en que no se trata de una coyuntura. Norberto Bausson, ingeniero civil egresado de la Universidad Santa María, aseguró a El Pitazo para el especial “Caracas sin agua”, que se trata de un problema que ya suma varios años.

De acuerdo con las declaraciones aportadas por este especialista, el deterioro de la compañía se debe principalmente a tres factores: “encargar la gestión del servicio a personas no capacitadas; presupuestos multimillonarios aprobados para obras que nunca se terminaron y el deterioro de lo que ya existía”.

Bausson puntualizó que Hidrocapital está encargada de generar 20.000 litros de agua por segundo para surtir a los cinco municipios de la Gran Caracas y además a los Valles del Tuy, Barlovento, Altos Mirandinos y el Litoral Central. Para la década de los noventa, más de 80% de la población, según estimaciones de Bausson, recibía agua potable continua; ahora la proporción es de 20%.

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