Las vidas de 106 larenses se apagaron durante los últimos cuatro meses del año, quienes murieron tras ser víctimas de la violencia en la región. Octubre cerró con 17 crímenes, siendo el mes con menos sangre derramada.
En 2018 durante los meses julio, agosto, septiembre y octubre se registraron 233 muertes, es decir que este año las cifras descendieron a un 45 por ciento, según registros que a diario lleva LA PRENSA.
Pese a que los homicidios en octubre descendieron, los homicidas actuaron a sangre fría como fue el caso de Ramón Antonio Araque Ramos, de 54 años, a quien asesinaron a punta de golpes. El pasado 8 de octubre el caficultor estaba en su casa, ubicada en el caserío Ojo de Agua de Guarico, municipio Morán, junto a su hijo de 11 años cuando unos hombres con rostros tapados y escopetas lo montaron a la fuerza en una camioneta y se lo llevaron.
Los encapuchados, tras sacarlo de la casa, lo llevaron hasta el cerro El Viento, ubicado a una hora de Ojo de Agua y estando allí, supuestamente, miembros de la Brigada de Seguridad Rural de Morán (especie de policía integrada por personas civiles que resguarda a los agricultores), lo torturaron y golpearon hasta dejarlo moribundo.
La muerte de Ramón no fue la única que ocurrió a sangre fría, pues durante el recién finalizado mes también fueron asesinados dos hombres, apuñalados en diferentes hechos, además de 15 por heridas por arma de fuego, en su mayoría por presuntos enfrentamientos contra funcionarios de seguridad.
Durante los cuatro meses se han registrado muertes violentas (enfrentamientos y crímenes a manos del hampa) en los nueve municipios del estado.
Durante los últimos cuatro meses fueron asesinadas dos mujeres, la primera fue Frarianny Quiroz, de 30 años, quien murió en manos de su pareja, cuando la impactó con una camioneta Silverado y la arrastró. El hecho ocurrió el 13 de julio. Un mes después murió Carmen Pastora Castro, de 48 años, asesinada por su expareja en el municipio Torres.
