Maduro prometió perniles por cuarto año consecutivo

En diciembre de 2017, la lusa Raporal denunció que el gobierno venezolano le debía 40 millones de euros a varias empresas de Portugal por la compra de perniles en 2016. La compañía respondió de esa manera a las acusaciones del presidente venezolano, quien los responsabilizaba de sabotear la compra de cerdo

Por cuarto año, el presidente Nicolás Maduro promete perniles para diciembre a la población. Desde 2016, las autoridades realizan ventas de esta proteína a final de año, pero las irregularidades en su distribución han generado protestas y malestar entre la gente. Una de las razones es que las cantidades son a discreción de quienes las reparten, que privilegian a los que controlan la comida, y otra es que hasta el año pasado la oferta había sido insuficiente para abastecer la demanda nacional.

A la fecha, la venta de perniles parece no satisfacer las necesidades de los venezolanos. Sin embargo, en octubre el gobierno avisó que repetirá la historia en 2019. El pasado miércoles 30 Maduro aprobó 11.881.296 euros, o su equivalente en petros, para el pago de 13.500 toneladas de pernil, según lo dio a conocer el mandatario en cadena nacional. “Voy a aprobarlo de manera inmediata para garantizar en diciembre sus perniles a nuestro pueblo”, dijo.

En diciembre de 2017, la lusa Raporal denunció que el gobierno venezolano le debía 40 millones de euros a varias empresas de Portugal por perniles que fueron comprados en 2016. La compañía respondió de esa manera a las acusaciones del Presidente, quien los responsabilizaba de sabotear la compra de cerdo.

En un comunicado, Raporal explicó que el gobierno de Maduro compró 14.000 toneladas de carne de cerdo en 2016 por 63,5 millones de euros a un grupo de empresas portuguesas, entre ellas la Raporal, de los cuales todavía debía 40 millones, reseñó en su oportunidad el portal Efecto Cocuyo.

La situación generó la intervención del gobierno de Portugal. El ministro portugués de Asuntos Exteriores, Augusto Santos Silva, rechazó entonces las acusaciones de Nicolás Maduro. En una entrevista a la emisora lusa TSF, negó cualquier responsabilidad de su gobierno en el supuesto plan de sabotaje.

Las protestas por pernil se agudizaron en la última semana de diciembre de 2017, y también en 2018. Algunas calles fueron bloqueadas, depósitos de basura incendiados y comercios saqueados en zonas como Antímano y La Vega.

En una manifestación realizada en El Junquito, un oficial de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) disparó contra la multitud y Alexandra Conopoi, una mujer de 18 años embarazada, murió de un tiro en la cabeza. Otro joven, de 17 años, resultó herido en el glúteo. Ambos hacían la cola para adquirir pernil.

Vecinos de Catia rechazaron que la carne que el ejecutivo prometió el 8 de noviembre, cuando presuntamente había llegado al puerto de La Guaira, no fuera vendida por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).

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Maduro reconoció la contracción de la economía, que también fue admitida por el Banco Central de Venezuela en mayo, cuando entregó cifras del desempeño económico. En el primer trimestre de 2019, el Producto Interno Bruto cayó 26,8 %, según la institución. “Debemos salir de esta etapa de estancamiento en el proceso de crecimiento de la economía”, dijo. Una declaración que se diferencia de las que ha hecho anteriormente, cuando se refiere a “guerra económica”.

El mandatario también aprobó fondos para el sector financiero. “Apruebo a la banca nacional 100.000 petros para el otorgamiento de créditos productivos en petros. Esta autorización es para invertir en el Banco de Venezuela, el Banco del Tesoro y el Banco Agrícola. Son 6 millones de dólares, para apalancar los procesos productivos reales”, dijo el mandatario.

Por su parte, la Asamblea Nacional Constituyente acordó el 30 de octubre exonerar a la petrolera rusa Rosneft del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y las exportaciones, ambos sobre las actividades gasíferas que desarrolla la empresa en Venezuela.

Asimismo, el mandatario indicó que desde hace 2 meses no importan “ni una caja CLAP”. “Antes de la persecución financiera, traíamos 6 millones de cajas CLAP del exterior. Yo le compro el mercado y se lo llevo a usted a su hogar, en algunos casos con 98 % del subsidio. Pero ahora están saliendo las cajas Clap de la tierra venezolana, de lo producido en Venezuela”, aseguró.

Las interrogantes

-¿Cuántos kilos de pernil se obtendrán de estas toneladas? De los 13,5 millones de kilos que serán comprados se puede proyectar que se obtendrán 2,7 millones de perniles de 5 kilogramos cada uno, sin tomar en cuenta el peso del hielo. Cada pernil tiene un valor de 4,4 euros aproximadamente.

-¿Cuántas familias se verán beneficiadas con un pernil? De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2018 (Encovi), 7,3 millones de familias recibían la caja de productos CLAP. De mantenerse esta tendencia se presentaría un déficit de 4,6 millones de perniles.

-¿Podrían repetirse situaciones similares a las protestas de 2018? Sobre la base del déficit antes mencionado, pueden surgir los siguientes escenarios: familias compartiendo un mismo pernil y otras que no serán beneficiadas.

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