Licores adulterados: el falso cocuy es una amenaza de muerte

Es un patrón mortal que cobra fuerza en medio de la indiferencia de las autoridades sanitarias. No hay cifras oficiales, pero en la prensa abundan informaciones acerca de fallecidos por ingerir bebidas alcohólicas ilícitas en Venezuela. Entre el 20 de noviembre y el 9 de diciembre de 2019, cinco personas murieron al tomar estos productos en el estado Aragua. No fueron las únicas: este año fallecieron otras 30 personas más en todo el país.

El registro hemerográfico, elaborado por el equipo reporteril de El Pitazo, determina que cuatro personas murieron en 2017 (2 en Miranda y 2 en Lara) y seis en 2018 (3 en Miranda, 2 en Caracas, 1 en Zulia). Pero en total, en tres años, la prensa informó sobre 45 fallecimientos por la ingesta de licores adulterados en los estados Aragua, Miranda, Lara, Portuguesa, Zulia y Distrito Capital. La entidad aragüeña concentra 44% de las muertes, las cuales todas ocurrieron en 2019.

Luis Enrique Cárdenas, director de la Cámara de la Industria Venezolana de Especies Alcohólicas (Civea), asegura que, de acuerdo con los artículos de prensa de los últimos meses, las muertes se registran entre los meses de noviembre y diciembre y enero y febrero, cuando los consumidores tienen más tiempo libre para el ocio y participar en festividades decembrinas. Precisa que a las personas les atrae el costo de las bebidas artesanales, que son bajos en comparación con los licores industriales. “El precio de un licor artesanal es 80% menos que el de uno industrial”, específica Cárdenas.

Versiones periodísticas coinciden en que las personas fallecieron por intoxicaciones graves causadas por altas concentraciones de metanol y otras sustancias como formol y úrea, que contenían los licores artesanales adulterados.

El metanol consiste en un alcohol tóxico que tiene la planta, específicamente en el tallo y la cabeza, con la que se elabora el licor y que se reduce mediante el proceso de destilación.

La mayoría de los registros concuerdan en que las víctimas mortales ingirieron un producto vendido como «cocuy de penca», un licor artesanal, declarado patrimonio natural, ancestral y cultural de la nación en 2005 y que es producido en mayor cantidad en Lara y Falcón.

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